Olga Domínguez, custodia de la Exposición Internacional de San Carlo Acutis en España, hace balance de su apostolado tras la canonización del joven italiano, que está sirviendo para ampliar su legado también en Hispanoamérica.
Desde que Domínguez conoció la vida de Acutis, su vida se transformó y se ha dedicado a difundir las exposiciones sobre los milagros eucarísticos y las apariciones marianas preparadas por el nuevo santo, además de desarrollar nuevos formatos como ExpoCarlo.
Pocas horas después de la Misa de canonización, la primera del Pontificado de León XIV, Domínguez expone a ACI Prensa que “Carlo no es para los jóvenes solo. Es para mí, con 55 ‘tacos’ [años], es para ti. Carlo nos hace revivir la fe desde lo más profundo, y lo más profundo es la Eucaristía”.
“Carlo es la Eucaristía, es la caridad, es la oración, es la entrega, la inmolación, entrega su vida por toda esta misión. Eso sí es Carlo, y Frassati me consta que es igual. Entonces, cuidadito con encasillarlos, con reducirlos a lo que no son”, expresa con efusividad.
Olga Domínguez quedó rendida ante Carlo Acutis hace siete años, cuando fue a visitar su exposición internacional en Toledo. Después, al leer su biografía, sintió que se produjo “una fusión inmediata”, porque en su vida “a quien yo veía era Jesús, con 15 años”.
“Y claro, ¿quién no se va a rendir ante nuestro niño Jesús con 15 años?”, pregunta antes de explicar que, al ser proclamado beato, sintió como que “el niño se ha hecho grande”. Lo que más le atrajo entonces es que que vive la fe “como toda la santa vida, sin inventos”, un “chico parroquiano” sin aderezos que se dedica a ir a Misa, a rezar el Rosario y a la adoración eucarística.