Para lograr surfear una ola sobre una tabla hay que entrenar, seguir unas pautas, aprender en el camino. Y cuanto antes se empiece con la técnica, mejor. Lo mismo sucede con el desafío de aprender a amar y con ese objetivo se ha desarrollado este verano un campamento en el que combinan aspectos de la psicología y la Sagrada Escritura con la práctica deportiva en el norte de España.
Sus impulsores son Paula Romón y Jesús María García, un matrimonio español entregado desde hace años a la pastoral familiar, en especial a la prematrimonial, especializados en Psicología y Teología. Ambos dirigen el Centro de Orientación Familiar Cristo Rey en Pozuelo de Alarcón.
El nombre del campamento, EDÉN, es acrónimo de Escuela Dinámica con Enfoque hacia el Noviazgo y la escriben con la segunda “E” mirando a la izquierda, para destacar un segundo significado: Las dos “e” son los novios, él y ella, que son diferentes y que, teniendo a Dios en medio, logran enfocarse hacia un “nosotros” que se va discerniendo durante el noviazgo.
A este primer campamento EDÉN han acudido 25 jóvenes, todos universitarios o a punto de iniciar la carrera y, lo que es más significativo, casi todos solteros. Están alojados en la casa parroquial de San José en la localidad cántabra de Noja, en una zona conocida por las olas de sus playas, que hacen las delicias de los surferos.
Allí duermen, de manera muy sencilla, con sacos de acampada y esterillas y colaboran entre todos para atender las labores comunes de orden y limpieza. A lo largo de los días de campamento han combinado ratos de oración y celebración de la Misa con sesiones formativas sobre el enamoramiento, las heridas, la necesidad de construir las relaciones sobre roca o la determinación a entregarse con libertad, respeto y compromiso a otros.