Durante el ángelus de este domingo, ante cientos de fieles reunidos para escucharle en la plaza de San Pedro, el Papa señaló que el amor “ennoblece” nuestra existencia y “nos hace cada vez más semejantes a Dios”.
El amor “es lo único que trasforma y ennoblece cada aspecto de nuestra existencia, haciéndonos cada vez más semejantes a Dios”, señaló el Pontífice desde la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico del Vaticano.
Inspirándose en el Evangelio del día, en el que Jesús invita a “vender los bienes y dar limosna”, el Pontífice subrayó que no es casualidad que el Señor pronuncie estas palabras “mientras está de camino hacia Jerusalén, donde se ofrecerá a sí mismo en la cruz para nuestra salvación”.
“El tesoro de nuestra vida —afirmó— debe depositarse en el banco más seguro y rentable: las obras de misericordia. En él, incluso con ‘dos monedas’, una viuda pobre puede convertirse en la persona más rica del mundo”.
León XIV exhortó a no guardar para uno mismo los dones recibidos de Dios, sino a emplearlos “con generosidad para el bien de los demás, especialmente de quienes más necesitan nuestra ayuda”.
No se trata solo de bienes materiales, aclaró, sino de poner en juego “nuestras capacidades, nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestra presencia, nuestra empatía”. Todo aquello que nos convierte, según los designios de Dios, “en un bien único e inapreciable, un capital vivo que, para crecer, debe cultivarse y utilizarse”.