El Cardenal Gregorio Rosa Chávez, Obispo Auxiliar Emérito de San Salvador, reconoció que “muchos no nos sentimos libres en El Salvador” e instó a los católicos a prepararse y formarse, advirtiendo que se avecinan “tiempos muy difíciles donde no hay quien nos va a defender a nivel oficial y todo será posible a nivel de arbitrariedades”.
Durante su homilía en la novena de fiestas del Divino Salvador del Mundo, el pasado 4 de agosto, lamentó que “el mundo que queremos está siendo ahora negado” y señaló que ese mundo ideal implica vivir la democracia. “Eso supone diálogo, supone respeto a la dignidad humana, supone tolerancia, respeto a los derechos humanos, supone ser un pueblo libre”, afirmó.
El desafío de la Iglesia Católica
El purpurado de 82 años apuntó que El Salvador enfrenta “un momento tan difícil de nuestra historia, ya sin control de la vida del pueblo, más que por los que están guiando el país”. Ante esta realidad, cuestionó: “Donde no hay quien nos defienda ¿qué toca hacer a la Iglesia?”.
En ese contexto, resaltó la necesidad de “tener un oído atento a la palabra y otro oído pegado al pueblo”. “Eso aprendimos de nuestros mártires: la palabra y el pueblo de Dios”.
Los mártires salvadoreños fueron laicos y sacerdotes asesinados durante la guerra civil (1980-1992) por su defensa de los derechos humanos y su labor pastoral entre los pobres, en un contexto de represión y violencia. Entre ellos destaca San Óscar Romero, amigo cercano del Cardenal Rosa Chávez.