Dos arzobispos argentinos ofrecen sus reflexiones al celebrarse, este domingo 27 de julio, la Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos 2025, celebrada este año al día siguiente de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los padres de la Virgen María y abuelos de Jesús.
“Viejos son los trapos”
En su reflexión, el Arzobispo de San Juan de Cuyo, Mons. Jorge Lozano, resaltó que “la dignidad de la persona humana no envejece, no se jubila, no se degrada con los años ni con la fragilidad del cuerpo" y llamó a "recuperar la ternura" en el trato con los ancianos.
El arzobispo de 70 años lamentó luego la mirada "descalificadora" de muchos que asumen "el paradigma perverso del eficientismo", que mide el valor de las personas por su productividad; y alertó que “el culto a la juventud eterna y la idolatría de la velocidad nos han hecho despreciar la lentitud, la debilidad y la memoria".
"Cada palabra de burla o indiferencia hacia los mayores es una herida abierta a la dignidad de todos", lamentó y resaltó que “la herencia más significativa que nos dejan abuelos y ancianos es la fe vivida, la paciencia aprendida, las oraciones compartidas, la fidelidad silenciosa".