En un contexto de crisis económica y conflicto político, los bolivianos se encaminan a elegir a quien será su próximo presidente en las elecciones generales de agosto. Ante este escenario, el Arzobispo de Santa Cruz, Mons. René Leigue Cesarí, instó a escuchar y analizar las propuestas en pos de un mejor futuro para el país.
El panorama político en Bolivia a menos de un mes de las elecciones, que se celebran el 17 de agosto, es complejo. Con el Movimiento Al Socialismo (MAS) dividido, el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales enfrentados, y este último impedido de presentarse como candidato, el clima social está marcado por el conflicto, los bloqueos y los enfrentamientos, que hace algunas semanas provocaron dos muertes.
El escenario económico también reviste complicaciones, con escasez de combustible, falta de divisas, la mayor inflación en cuatro décadas y una fuerte suba en los precios de los alimentos.
Días atrás, y ante la proximidad de las elecciones en las que el MAS podría perder el gobierno tras casi 20 años, el presidente Arce convocó a la izquierda a formar un solo bloque, invitación que fue rechazada por Evo Morales.
Ante esta realidad, los ciudadanos bolivianos deberán elegir a su próximo presidente y vicepresidente para el periodo 2025‑2030, como también a 130 miembros de la Cámara de Diputados, y 36 miembros de la Cámara de Senadores.
Si ningún candidato presidencial alcanza la mayoría absoluta (más del 50%), o al menos el 40% con 10 puntos de diferencia sobre el segundo, se realizará una segunda vuelta el 19 o 20 de octubre de 2025.