5 de diciembre de 2025 Donar
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Sacerdote recién ordenado celebra su primera Misa junto a la tumba de su madre en México

El P. Carlos Eleno García Santana en el panteón donde descansan los restos de su madre./ Crédito: Cortesía P. Carlos Eleno.

Con la esperanza puesta en la resurrección, el P. Carlos Eleno García Santana, recién ordenado sacerdote, celebró su primera Misa el 1 de julio junto a la tumba de su madre, fallecida en 2018 y figura clave en su vocación.

Por lo general, los nuevos presbíteros celebran su Cantamisa —la primera Misa solemne tras la ordenación— en su parroquia de origen o en un templo significativo para su historia. Sin embargo, el P. García Santana eligió iniciar su ministerio de una manera profundamente personal.

Fue ordenado sacerdote el 30 de junio de este año en la parroquia de San Sebastián Mártir, ubicada en su lugar de origen, La Desembocada, una pequeña localidad en la costa del Pacífico, en el estado de Jalisco.

Al día siguiente, a las siete de la mañana, acompañado por algunos familiares, acudió al panteón del pueblo. Ahí, a un costado de la tumba de su madre, la señora Raquel Santana, presidió su primera Eucaristía. 

Más tarde, a las 11 de la mañana, celebró su Cantamisa oficial en la capilla de El Ranchito, ubicada en la comunidad donde creció su madre.

En entrevista con ACI Prensa, el P. García Santana reconoció que su madre fue un pilar fundamental en su camino vocacional, incluso cuando, al inicio, se resistía a que ingresara al seminario.

Raquel Santana Rivera, madre del sacerdote. Crédito: Cortesía P. Carlos Eleno

Una vez que aceptó su decisión, el sacerdote recuerda que le repetía que debía ser “un sacerdote santo, un buen sacerdote, un sacerdote que nunca se olvida de su comunidad, que nunca se olvida de la gente que lo ha apoyado, de la gente que más lo necesita y sobre todo de los pobres”. 

El P. García Santana aseguró que su fe le permitió afrontar con serenidad la pérdida, pues  con “esperanza y confianza, sabía que mi madre ya está gozando de la presencia de Dios”, aunque reconoce que para su familia “era un tema aún no superado”. 

Gracias a la sugerencia de un diácono amigo y tras consultarlo con su director espiritual, decidió celebrar su primera Misa en el panteón como un “agradecimiento, gratitud, en memoria de mi mamá, como ese homenaje por toda la ayuda que recibí de parte de ella”. 

Compartió que la muerte de su madre fue un golpe muy duro para su padre, sus tres hermanos y el resto de sus seres queridos. 

Por ello, el gesto de celebrar su primera Eucaristía en el panteón también representó un consuelo para su familia, a quienes “les ayudó mucho, como a mí me ha ayudado a fortalecer la esperanza en la vida eterna, en la resurrección”. 

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El P. Carlos Eleno García Santana en el panteón donde descansan los restos de su madre. Crédito: Cortesía P. Carlos Eleno

Un camino vocacional complicado

Sin embargo, su camino vocacional no ha sido del todo sencillo. Contó que su llamado comenzó a los 17 años, gracias a una experiencia en un preseminario donde conoció más profundamente a Jesús. Ahí, relató, lo cautivó “el proyecto del reino. Ver también a tantos jóvenes felices, alegres, con el Espíritu de Dios en sus vidas, con la experiencia de Dios en sus vidas, dije, no, pues yo quiero eso que ellos tienen”. 

Después de esa vivencia, el P. García Santana ingresó al Seminario Menor de la Diócesis de Tepic en 2007 y, más tarde, al Seminario Mayor. Tras seis años de formación, concluyó la etapa de Filosofía en 2013. Entonces decidió “hacer un alto en mi vida” para discernir con mayor profundidad su llamado, considerando si debía seguir otro carisma. 

El P. Carlos Eleno García cuando fue seminarista. Crédito: Seminario Diocesano de Tepic

Lo que en un principio sería una pausa breve, se prolongó debido a que “en ese lapso de tiempo se enfermó mi madre de cáncer, una figura pues muy fuerte, un pilar muy fuerte en mi vida”. Su fallecimiento en 2018 “alargó más un poquito todos mis procesos personales”. 

Durante su pausa de siete años —entre 2013 y 2020— cuenta el ahora sacerdote, fundó una pequeña empresa de distribución de quesos, estudió la licenciatura en Filosofía en la Universidad Autónoma de Nayarit, inició un proyecto cultural de lectura, trabajó en la curia diocesana y colaboró con la pastoral vocacional. A pesar de estas actividades, admitió que “seguía sintiendo en mi corazón, en mi interior, un vacío”.

Fue durante las misiones de Semana Santa en 2020 cuando volvió a experimentar el llamado al sacerdocio y a presenciar “la necesidad de tantos jóvenes, el deseo, el anhelo de que se les anunciara a Jesús resucitado, a Jesús vivo, un Jesús cercano, un Jesús joven”. Entonces habló con el obispo y el rector del seminario para retomar sus estudios y su camino para ser sacerdote del Señor.

El 30 de junio de 2025 recibió la ordenación sacerdotal y actualmente está asignado a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Ixtapa, Jalisco, perteneciente a la Diócesis de Tepic.

El P. Carlos Eleno García Santana recibe la bendición de su papá el día de su ordenación. Crédito: Diócesis de Tepic

“Vale la pena entregar la juventud a Cristo”

Al reflexionar sobre su camino, el P. García Santana dirigió un mensaje a los jóvenes en proceso de discernimiento. Los animó a “abrir la perspectiva, abrir el horizonte de comprensión”, y señaló que muchas veces “nuestras vidas a veces tienen una perspectiva muy limitada, que creemos que lo que tenemos o lo que hemos comprendido ya lo es todo”.

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Sin embargo, explicó que vivir en un ambiente con Cristo transforma todo, incluso sin cambiar el entorno en Cristo se viven “perspectivas nuevas, pero con una plenitud y con una felicidad y con alegría, pues inenarrable”.

También compartió una frase que, según dijo, marcó su vida: “vale la pena entregar su juventud a Cristo”. Recordó que al escuchar esas palabras de su obispo, sintió que fueron para él “un flechazo que me atravesó”. 

“Hoy más que nunca —aseguró— vale la pena seguir al Señor”.

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