Ott también explica que, en el caso de los justificados por la gracia, la muerte pierde su carácter penal. Cristo y la Santísima Virgen María estaban libres del pecado original. Para ellos, la muerte no era una consecuencia ni un castigo. Cristo venció la muerte para los humanos; María fue asunta al cielo.
Otros animales, incluido el Tiranosaurio Rex, murieron porque era natural para ellos. No fueron creados con el don sobrenatural de la inmortalidad. No se les dio libre albedrío. No pecaron contra Dios.
¿Cómo sabemos qué tomar literalmente?
Hay que entender literalmente la palabra «literalmente». La palabra «real» significa realmente existente, y «literal» significa una interpretación verbal estricta de frases escritas.
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Recuerden, buscamos la verdad. La instrucción del Papa Pablo VI en Dei Verbum (1965) nos recuerda que «Dios habla en la Sagrada Escritura a través de los hombres, con un lenguaje humano» (12). Esto significa que el intérprete, el investigador, debe centrarse en lo que Dios comunica en las palabras. Consideramos las «formas literarias» (históricas, proféticas, poéticas, etc.) del escritor sagrado, pero nuestras palabras humanas nunca pueden expresar plenamente los misterios divinos. Por eso, procuramos comprender con humildad y gratitud.
Incluso los fundamentalistas bíblicos más estrictos no interpretan cada frase del Génesis literalmente.
Por ejemplo, Génesis 3:6-7 dice: «Tomó de su fruto y comió, y dio a su marido, quien comió también. Y se les abrieron los ojos a ambos». Una interpretación literal nos obligaría a creer que el pecado original simplemente alteró la posición de cuatro párpados. La verdadera interpretación se centra en el efecto del pecado en la percepción mental. El Papa San Juan Pablo II demuestra cómo extraer la riqueza de las Escrituras. En su discurso de la audiencia general «La creación como don fundamental y original» (1980), explica cómo el pecado afecta a los «ojos del cuerpo». La vergüenza limita la comunión en las relaciones, no solo entre el hombre y la mujer, sino también en las comunidades. Claro que buscar una interpretación más completa requiere más trabajo, pero obtenemos una mayor comprensión de los dones de Dios. Por eso podemos afirmar que los tres primeros capítulos del Génesis son relatos de hechos reales y también comprender que no todas las frases individuales son literales como podríamos interpretarlas en nuestro tiempo. ¿Hasta dónde llega la línea? Ésta es tarea de la teología, y no es una cuestión fácil.
Sin embargo, la Pontificia Comisión Bíblica emitió hace más de un siglo una decisión útil, titulada “Sobre la naturaleza histórica de los tres primeros capítulos del Génesis” (1909). Vale la pena leerla:
· Los primeros tres capítulos del Génesis contienen narraciones de acontecimientos reales, no mitos, ni meras alegorías o símbolos de verdades religiosas, ni leyendas.
· Respecto a los hechos que afectan los fundamentos de la religión cristiana, debe atenerse al sentido histórico literal. Dichos hechos son, entre otros , la creación de todas las cosas por Dios en el principio de los tiempos y la creación especial de la humanidad.