La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el jueves la “One Big Beautiful Bill Act” justo a tiempo para que el presidente Donald Trump programe la firma de la controvertida ley el 4 de julio.
Tras la aprobación de la ley, el arzobispo Timothy Broglio, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), emitió una declaración lamentando “el gran daño que la ley causará a muchos de los más vulnerables de la sociedad”.
En concreto, Broglio criticó la legislación por incluir “recortes inconcebibles a la atención médica y la asistencia alimentaria, recortes fiscales que aumentan la desigualdad, disposiciones migratorias que perjudican a familias y niños, y recortes a programas que protegen la creación de Dios”.
Broglio también expresó su decepción por varios “aspectos positivos” del proyecto de ley que fueron reducidos o eliminados en la versión final aprobada este jueves. En particular, citó la reducción de los fondos federales a Planned Parenthood de 10 años a sólo uno, el debilitamiento de las disposiciones sobre la elección educativa de los padres y la eliminación de restricciones al uso de fondos federales para los llamados procedimientos médicos de “transición de género”.
Ante esta situación, Broglio afirmó que “la enseñanza de la Iglesia Católica de defender la dignidad humana y el bien común nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos y ofrecer ayuda concreta a quienes estarán en mayor necesidad, y a seguir abogando por esfuerzos legislativos que ofrezcan mejores posibilidades en el futuro para quienes lo necesitan”.
En el período previo a la aprobación de la medida en la Cámara y el Senado de Estados Unidos, la USCCB había señalado preocupaciones sobre numerosos aspectos del proyecto de ley, incluidas sus disposiciones fiscales, el aumento de la aplicación de la ley migratoria, la reducción de los programas federales de protección social y la reducción de programas de energía verde y medio ambiente.