Hace siete años, tras una trayectoria en el mundo de la banca y la inversión internacional, Borja Barragan decidió fundar Altum Faithful Investing, una empresa española consagrada al Sagrado Corazón de Jesús que busca evangelizar el mundo de las finanzas aportando criterios de inversión basados en la Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
La sede de Altum está en un edificio de oficinas con la fachada de cristal, en la que entra la luz a raudales, pero no solo. En un espacio discreto, nada más entrar por la puerta, está el lugar que realmente ilumina la empresa: un pequeño oratorio con un reclinatorio, un pequeño altar y un crucifijo, junto a una imagen relativa al quinto capítulo del Evangelio según San Juan (Duc in altum, remad mar adentro), que da nombre a la empresa.
En conversación con ACI Prensa, Barragán explica que no se refiere tanto a la pesca milagrosa que se narra, sino a la invitación que Cristo, a través de su apóstoles, hace a los católicos de todos los tiempos: “Remad mar adentro, atreveos a salir de ese letargo y de esta tristeza espiritual, esa acedía que tenéis”.
La respuesta a esta invitación para el inversor católico, según la visión de Barragán, es “que el inversor católico se atreva a salir de la comodidad y de ese letargo de la inversión convencional y que se atreva a decir: yo también quiero seguir al Señor en cómo gestiono mi patrimonio”.
La aventura de Altum comenzó unos años atrás, cuando Barragán y su mujer, tras realizar el máster en pastoral familiar del Instituto Juan Pablo II de la Familia, redescubrieron su vocación matrimonial y decidieron poner a Dios en el centro de sus vidas.