Av. del Libertador y Mercedes fue la esquina donde este domingo los católicos de Montevideo se dieron cita para, pese a la lluvia, participar de la tradicional procesión de Corpus Christi, la fiesta de mayor tradición en la capital uruguaya, cuyos comienzos datan de la época colonial.
Originalmente fechada el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad, este año, al igual que en otros lugares, se trasladó al domingo, y tuvo un detalle especial: fue ocasión para que los fieles montevideanos renueven su consagración al Sagrado Corazón de Jesús, acto que hace 150 años realizó el beato Jacinto Vera y que forma parte de la historia de la Iglesia Católica del país.
Con el lema “Cristo, nuestra esperanza, no defrauda” y protegidos por sus paraguas, un gran número de fieles caminó por las calles de la ciudad acompañados por el Arzobispo de Montevideo y Primado del Uruguay, Cardenal Daniel Sturla, quien luego presidió la Eucaristía en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.
Una vez en el templo, hubo un momento de Adoración Eucarística y luego la arquidiócesis renovó la Consagración al Sagrado Corazón. También se impartió la bendición con el Santísimo Sacramento, otorgando indulgencia plenaria.