Los sacerdotes Antonio María Domenech y Álvaro Cárdenas piden un mayor cuidado pastoral de Garabandal —donde podría haberse aparecido la Virgen entre 1961 y 1965— en el día en que se cumplen 60 años del segundo mensaje.
El 18 de junio de 1965, la Virgen María se habría dirigido a Conchita González, una de la cuatro niñas videntes, con estas palabras:
“Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre de 1961, os diré que este es el último. Antes, la copa se estaba llenando, ahora, está rebosando. Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. ¡Ya estáis en los últimos avisos! Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús".
Durante más de medio siglo, el juicio de la Iglesia sobre los hechos acontecidos en España era que “no constaba” la sobrenaturalidad. Tras la publicación en mayo de 2024 de las nuevas Normas para proceder en el Discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, el Cardenal Víctor Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, expuso el pasado mes de septiembre que “Garabandal, como El Escorial [n.d.r. presuntas apariciones marianas no aprobadas por la Iglesia, iniciadas en junio de 1981] y otros casos, ha recibido un non constat, no es un constant de non —constant que no es sobrenatural—, sino un non constat, es decir que no hay elementos como para llegar a esta conclusión”.
A esto, añadió: “El non constant que se daba en otros tiempos, ahora podría corresponder a diversas determinaciones que están descritas en las nuevas normas. Puede ser una prohibición total o puede ser, por ejemplo, lo que se llama curatur¸ que significa que el culto público no está permitido”.
El Cardenal Fernández precisó que “no está permitido nada que tenga una relación entre los mensajes y las apariciones, pero puede haber un culto privado”, de tal modo que “se admite que las personas vayan al lugar a rezar y luego van a Misa en una parroquia”.