A partir del 10 de diciembre de 2025, la Iglesia en Perú vivirá un año jubilar en honor a Santo Toribio de Mogrovejo, conmemorando los 300 años de su canonización, con la intención de reavivar el fuego misionero de este gran evangelizador en el Perú y América Latina.
Así lo explicó el sacerdote misionero David Farfán Guerrero, párroco del templo de Santo Toribio en Zaña —localidad en Chiclayo, Perú, donde falleció el santo—, en una entrevista concedida a EWTN Noticias.
Para el P. Farfán, celebrar este jubileo, que se prolongará hasta diciembre de 2026, no sólo es un acto para recordar la vida de este gran santo, sino una oportunidad para renovar la vida pastoral en el Perú y Latinoamérica. “Hay varias razones importantes”, aseguró.
“La primera es que él es el patrono del episcopado latinoamericano y del Caribe, pero también por la realidad misma que vivió Santo Toribio. Él accede al pedido de Felipe II, el rey de España, para venir en un momento muy coyuntural de la historia peruana, en el que el pueblo de Dios necesitaba un pastor”, relató en la entrevista.
Toribio de Mogrovejo, abogado y laico español en el momento de su elección, fue nombrado arzobispo por el rey Felipe II, precisamente por su gran prestigio y profundo sentido de justicia.