El clima social en Bolivia continúa marcado por la crisis económica, el desabastecimiento, la tensión política entre distintas facciones del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido del Gobierno de Luis Arce,y las manifestaciones con bloqueos de rutas y cortes de calles.
En ese contexto, hace algunos días los enfrentamientos entre los seguidores del expresidente Evo Morales —que reclaman su participación como candidato en las próximas elecciones— y la policía, provocaron seis muertos.
Ante este dramático escenario, semana a semana los obispos de Bolivia vienen realizando llamamientos al diálogo, a la paz y la búsqueda del bien común.
La semana pasada, un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), con el título “No más hechos de violencia”, recordó que “ninguna causa política o social justifica la pérdida de vidas humanas”, al tiempo que condenó el uso de armas tanto contra servidores públicos como contra civiles.
Otro ejemplo de la preocupación de la Iglesia ante la actualidad del país fue la convocatoria del Arzobispo de La Paz y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Percy Galván, quien promovió, el pasado domingo 15 de junio, una jornada de oración por la paz, invitando a parroquias, movimientos y grupos pastorales a elevar súplicas antes de cada Misa para pedir a Dios justicia, paz y fraternidad entre los bolivianos.
En una conferencia de prensa, el Arzobispo destacó que la Iglesia siempre está dispuesta a facilitar el diálogo de forma neutral y con amor por la tierra boliviana, e imploró: “Por favor, yo les pido, como hermano, como boliviano, como sacerdote, como obispo: ¡ya parémosla!”.