El Papa León XIV recibió en audiencia este lunes a los jóvenes astrónomos que participan en la Escuela de Verano del Observatorio Vaticano.
El Santo Padre expresó su deseo de que esta experiencia no sea solamente enriquecedora en los académico y en lo personal, “sino que también ayude a desarrollar amistades y formas de colaboración que sólo pueden contribuir al progreso de la ciencia al servicio de nuestra única familia humana”.
Este año, los estudios se centran en los avances del Telescopio Espacial James Webb, gracias al cual —recordó el Papa—, “por primera vez podemos observar profundamente la atmósfera de exoplanetas donde tal vez se esté desarrollando la vida, y estudiar las nebulosas donde se están formando los propios sistemas planetarios”, así como rastrear “la luz antigua de galaxias distantes, que habla del mismo comienzo de nuestro universo”.
El Pontífice precisó que, aunque los autores de la Sagrada Escritura que escribieron hace tantos siglos, no tuvieron el privilegio de contar con estos avances, “su imaginación poética y religiosa meditó sobre cómo debió de ser el momento de la creación”.
“En nuestros días, ¿no nos llenan también de asombro —e incluso de una alegría misteriosa— las imágenes del James Webb, al contemplar su belleza sublime?”, preguntó a continuación.
Tras recordar que “somos una parte diminuta pero significativa” del cosmos, invitó a los futuros astrónomos a reflexionar sobre la contribución de otros ingenieros y matemáticos, “que nos ha permitido ver el mundo que nos rodea de una manera nueva”.