La región del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, es conocida internacionalmente como un paso peligroso para migrantes que buscan llegar a Estados Unidos. Sin embargo, existe una historia menos contada: la de su población local. En esta vasta y desafiante tierra, la Iglesia Católica cumplirá 100 años de presencia misionera.
Mons. Pedro Joaquín Hernández Cantarero, Vicario Apostólico del Darién desde febrero de 2005, ha dedicado años a la promoción del Evangelio en esta región. En entrevista con ACI Prensa, recordó que en noviembre de 1925 se encomendó a la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (claretianos) la atención pastoral del vicariato.
Tras un siglo de presencia eclesial que se cumplirá en esta zona, que abarca no sólo la provincia del Darién sino también las comarcas de Emberá-Wounaan y Wargandí, según cuenta Mons. Hernández Cantarero, hoy sirven 5 sacerdotes diocesanos, 2 seminaristas y 6 sacerdotes claretianos.
“Ellos han tratado de ir llevando la misión a lo largo de estos últimos 20 años con el objetivo de acrecentar más la fe en el pueblo darienita”, como se le conoce a los que viven en esta zona.
Son estos sacerdotes los responsables de acompañar pastoralmente a una población estimada en 60 mil personas, repartida en un territorio de 16.666 kilómetros cuadrados, según datos del sitio web Catholic Hierarchy.