Tras las redadas masivas contra migrantes indocumentados que se han estado realizando en Estados Unidos y los disturbios que desataron, la Iglesia Católica en México pidió a las autoridades evitar generalizaciones, al recordar que “no todos los migrantes indocumentados son delincuentes”
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), mediante un comunicado emitido el 10 de junio, expresó su preocupación por “la complicada situación que se ha suscitado” a raíz de estos operativos, iniciados por el gobierno norteamericano en la ciudad de Los Ángeles y que se han replicado en las ciudades de San Francisco y Austin.
Las protestas comenzaron el 6 de junio en respuesta a la presencia de agentes migratorios en centros laborales. La tensión aumentó con la detención de David Huerta, presidente del capítulo californiano del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU), acusado de bloquear el paso a vehículos oficiales.
Videos en redes sociales mostraron a multitudes rodeando unidades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), coreando consignas mientras las protestas se extendían durante la noche. El sábado, la situación se intensificó cuando manifestantes se congregaron frente al centro de detención, donde Huerta permanecía recluido, luego de haber sido hospitalizado por lesiones sufridas durante su arresto.
El domingo, la Patrulla de Caminos de California lanzó granadas aturdidoras para desalojar la autopista 101, obstruida por manifestantes que arrojaban ramas y fuegos artificiales a los vehículos policiales.