El Papa León XIV, que este 8 de junio cumplirá un mes de pontificado, aseguró que incluso en las situaciones en las que “nos sentimos inútiles, inadecuados”, Dios recuerda que todas las vidas valen y “su deseo es ayudarnos a descubrirlo”.
“Incluso cuando nos parece que podemos hacer poco en la vida, siempre vale la pena. Siempre existe la posibilidad de encontrar un sentido, porque Dios ama nuestra vida”, aseguró durante la Audiencia General de este miércoles.
El Pontífice analizó en su catequesis la parábola de los trabajadores de la viña, que aparece en Mateo 20, 1-16, y aseguró que como el dueño de la viña, protagonista de esta narración, Jesús “no establece clasificaciones, sino que se dona enteramente a quien le abre su corazón”.
“Para el dueño de la viña, es decir, para Dios, es justo que cada uno tenga lo necesario para vivir. Él ha llamado personalmente a los trabajadores, conoce su dignidad y, en función de ella, quiere pagarles. Y da a todos un denario”, recalcó.
Al reflexionar sobre esta parábola, el Papa comenzó poniendo como ejemplo a los obreros que esperan en la plaza del mercado que alguien los contrate para trabajar. Una metáfora “muy adecuada” para usar en el mundo actual, porque el mercado es “el lugar de los negocios, donde, lamentablemente, también se compran y se venden el afecto y la dignidad, tratando de ganar algo”.
El Santo Padre habló así de los momentos en los que podemos sentirnos no “reconocidos” ni “apreciados” en los que se corre el riesgo de “vendernos al mejor postor”.