El Papa León XIV presidió este miércoles 28 de mayo la segunda Audiencia General de su pontificado, en la que reflexionó sobre la parábola del buen samaritano.
El Santo Padre recordó al inicio de su catequesis, dirigida a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, que las parábolas del Evangelio ofrecen una oportunidad “de cambiar de perspectiva y abrirnos a la esperanza”.
La falta de esperanza, precisó el Pontífice, a veces se debe “a que nos quedamos atrapados en una cierta forma rígida y cerrada de ver las cosas”, y las parábolas “nos ayudan a mirarlas desde otro punto de vista”.
A continuación, recordó que Jesús propone esta parábola a un doctor de la ley que le pregunta “Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”(cf. Lc 10,25-37), y entonces Jesús le invita a amar al prójimo.
“La práctica del culto no lleva automáticamente a ser compasivos”
La parábola del buen samaritano tiene como escenario un camino “difícil y áspero, como la vida”, indicó el Papa. De hecho, el hombre que lo atraviesa “es asaltado, golpeado, despojado y abandonado medio muerto”.