Concluida la celebración de la Misa de toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, la Catedral del Obispo de Roma, el Papa León XIV se dirigió a la Basílica Santa María la Mayor, donde se venera a la Virgen María en su advocación Salus Populi Romani (Salud del Pueblo Romano).
El Santo Padre llegó al templo poco después de las 19:00 horas (hora de Roma). A su ingreso al templo, dio su bendición a los fieles congregados en su interior con una breve aspersión con agua bendita.
Se dirigió entonces a la capilla donde se encuentra el icono mariano, cuya autoría la tradición atribuye a San Juan Evangelista, y, de rodillas, rezó por algunos minutos.
A continuación, colocó un ramo de flores a los pies de la imagen de Santa María.
Tras el canto del Magnificat, cántico del Evangelio que pronunció la Virgen tras el anuncio del Ángel Gabriel, el Papa León XIV dirigió una plegaria a la Madre de Dios, recordando que es “toda pura, toda venerable, tú la mejor ofrenda que la humanidad puede presentar a Dios”.