Mientras los ojos del mundo se posan sobre la Capilla Sixtina, donde 133 cardenales se reunirán a puerta cerrada desde mañana para elegir al próximo Papa, más de 900 religiosas de 75 países participan en la 23ª Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG).
En la cita estructurada bajo el lema “La vida consagrada: una esperanza que transforma”, del 5 al 9 de mayo en el hotel Ergife Palace, las religiosas reflexionarán sobre la sinodalidad, el papel de la vida religiosa femenina en la Iglesia Católica y el mundo contemporáneo.
Según los organizadores, el encuentro representa un espacio de escucha, discernimiento espiritual y proyección común, en línea con la metodología promovida por el reciente Sínodo sobre la Sinodalidad.
Aunque no habrá humo blanco tras sus deliberaciones, este “otro cónclave” marca un hito en la vida eclesial femenina. Las religiosas, provenientes de regiones tan diversas como los países de Europa, República Democrática del Congo, India, Brasil, México, Estados Unidos o, por primera vez, Indonesia, se centrarán en reflexionar sobre el testimonio profético, el amor radical, la innovación valiente y la vida comunitaria gozosa como vías para encarnar la esperanza transformadora de Cristo.
En un comunicado, la presidente de la UISG, Hna. Mary Barron, superiora general de las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, hizo hincapié en que la asamblea, a través de la metodología de la "conversación en el Espíritu", método empleado en el Sínodo de la Sinodalidad fomentará el diálogo inclusivo y la escucha atenta entre los participantes.