El pontificado del Papa Francisco se distinguió por un enfoque constante en las problemáticas sociales globales, con una cercanía marcada por una pastoral de la misericordia hacia los migrantes, cuyo impacto fue especialmente visible en América Latina.
En entrevista con ACI Prensa, Gerardo Cruz González, catedrático universitario y miembro de la Red Clamor y del Observatorio Socio-Pastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe (OSMECA), destacó que el Papa Francisco se caracterizó por su “opción preferencial por los más vulnerables”.
Cruz González explicó que la propuesta pastoral del pontífice no se limitó a una acción asistencial, sino que implicaba “todo un camino que va desde la acogida hasta la integración de las personas en las sociedades a donde llegan”.
El también catedrático en la UNAM subrayó la influencia del Papa en la renovación eclesial, quien “actuó desde primera persona, lo cual influyó mucho en esta nueva visión (…) y en el compromiso renovado de obispos y laicos católicos”.
Según Cruz González, el Papa no se acercó a los migrantes por simpatía, sino porque “realmente descubrió que allí se reflejan las grandes injusticias de nuestro sistema económico y político a nivel mundial”. “Ha traído al mundo la idea de Iglesia-Pueblo de Dios, y de un pastor que camina entre su Iglesia-Pueblo de Dios, como uno de ellos”, añadió.