El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) publicó el jueves un informe que expone preocupaciones sobre el uso de medicamentos y cirugías que alteran la vida de menores que padecen disforia de género.
El informe del HHS señala que este modelo, a veces llamado “atención de afirmación de género”, incluye intervenciones médicas irreversibles en niños que no presentan ningún problema de salud física. Los tratamientos están diseñados para feminizar a los niños y masculinizar a las niñas, y las cirugías hacen que el cuerpo del menor se asemeje más al del sexo opuesto.
“Las revisiones sistemáticas de la evidencia han revelado una profunda incertidumbre sobre los supuestos beneficios de estas intervenciones”, señala el prólogo del resumen ejecutivo del informe de 400 páginas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva durante su segunda semana en el cargo que instruyó al HHS, dirigido por el secretario Robert F. Kennedy Jr., a que elabore un informe sobre este tema. La orden también instruyó a todos los hospitales que reciben fondos federales a detener la práctica de administrar medicamentos o realizar cirugías a niños para tratar la disforia de género.
Según el informe, “estas intervenciones conllevan el riesgo de daños significativos”, que pueden incluir infertilidad, disfunción sexual, masa ósea subdesarrollada, enfermedades cardiovasculares, trastornos metabólicos, trastornos psiquiátricos y efectos cognitivos adversos, entre otras complicaciones.
El informe señala que el supuesto beneficio de estas intervenciones es “mejorar los resultados de salud mental” para los niños que se identifican como transgénero y desean ciertos cambios físicos. Sin embargo, según el informe, las revisiones sistemáticas de pacientes “no han encontrado evidencia creíble de que conduzcan a una mejora significativa en la salud mental”.