En la séptima misa de los Novendiales, celebrada este viernes en la Basílica de San Pedro, el Cardenal Claudio Gugerotti señaló que la creación —de la que forma parte la humanidad— está gritando porque el odio ha devaluado el valor de la vida.
“A nuestro alrededor no hacemos más que percibir el grito de la creación y en ella el de quien está destinado a la gloria y es la finalidad por la que fue querida la creación: la persona humana”, expresó el purpurado, prefecto emérito del Dicasterio para las Iglesias Orientales.
“La tierra grita —insistió—, pero sobre todo grita una humanidad abrumada por el odio, que a su vez es fruto de una profunda devaluación del valor de la vida que, como hemos escuchado, para nosotros los cristianos es participación en la familia de Dios, hasta la concorporeidad y consanguinidad con Cristo Señor, a quien celebramos en este sacramento de la Eucaristía”.
El arzobispo italiano, quien será uno de los cardenales electores del cónclave, añadió en su homilía que a la humanidad le cuesta expresar “en su grito su oración y su invocación al Dios de la vida”.
Es entonces, indicó, que “el Espíritu interviene en nosotros y hace de nuestros silencios rocosos y de nuestras lágrimas inexpresadas una invocación a nuestro Dios, con gemidos indecibles o, como también se puede traducir, con gemidos inexpresados, es decir, silenciosos”.