Mientras la Iglesia Católica atraviesa un período de sede vacante, las autoridades chinas han tomado medidas para afirmar la autonomía de la Iglesia en China respecto a Roma mediante la "elección" unilateral de dos obispos, incluso en una diócesis ya dirigida por un obispo designado por el Vaticano.
El 28 de abril, el P. Wu Jianlin, vicario general de Shanghái, fue elegido nuevo obispo auxiliar de la ciudad por una asamblea de sacerdotes locales. Al día siguiente, el P. Li Jianlin fue "elegido" obispo de la diócesis de Xinxiang.
Hasta el jueves por la tarde no se había informado si alguno ha sido investido obispo.
Ambos nombramientos se producen cuando el Vaticano se encuentra en un periodo de sede vacante, a causa de la muerte del Papa Francisco, y durante la cual no puede ratificar las nominaciones episcopales. El cónclave para elegir al próximo Pontífice está programado para el 7 de mayo.
Estos nombramientos en China representarán un desafío diplomático inicial para el nuevo Papa.
El nombramiento en Xinxiang es particularmente polémico. El Vaticano ya reconoce al obispo Joseph Zhang Weizhu como obispo legítimo de la diócesis. Nombrado clandestinamente por el Papa Juan Pablo II en 1991, Zhang ha dedicado décadas al ministerio sin la aprobación del Estado chino y ha sido arrestado en múltiples ocasiones.