En respuesta al catastrófico terremoto de magnitud 7,7 que el pasado 28 de marzo sacudió Myanmar y mató a más de 3.600 personas, si bien el número de víctimas puede seguir aumentando, el Papa Francisco ha querido realizar una “generosa donación” destinada a asistir a las poblaciones afectadas en esta fase de emergencia.
El seísmo destruyó innumerables estructuras en la zona central del país, incluidos hospitales, dañó infraestructuras críticas e interrumpió las comunicaciones en un país que ya estaba asolado por una guerra civil
La donación, de la que el Vaticano no ha dado más detalles, será enviada al país asiático a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y del Dicasterio para el Servicio de la Caridad (la Limosnería Apostólica), como signo tangible de la cercanía del Santo Padre con el pueblo birmano.
“El Santo Padre ha querido enviar un generoso contributo para el socorro a las poblaciones en la fase de emergencia”, indicó el Vaticano en el comunicado difundido este miércoles.
La ayuda enviada por el Santo Padre se suma “a los ingentes apoyos que están llegando desde las Iglesias de todo el mundo, también a través de congregaciones religiosas y organizaciones católicas”.
El Vaticano subrayó que estas donaciones no solo son un gesto material, sino también espiritual, ya que están acompañadas “del recuerdo constante en la oración y de la invocación a la Virgen María, Madre de la Iglesia, especialmente en este tiempo que nos acerca a la Pascua de la Resurrección”.