A continuación, el texto preparado por el Papa Francisco y difundido por el Vaticano para la Audiencia General de este miércoles, que ha quedado cancelada por cuarta vez por su hospitalización. El Santo Padre se detiene en el diálogo entre Jesús y Nicodemo, relatado en el capítulo 3 del Evangelio de san Juan.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Con esta catequesis comenzamos a contemplar algunos encuentros narrados en los Evangelios, para comprender la forma en que Jesús da esperanza. De hecho, hay encuentros que iluminan la vida y traen esperanza. Puede suceder, por ejemplo, que alguien nos ayude a ver desde una perspectiva diferente una dificultad o un problema que estamos viviendo; o puede suceder que alguien simplemente nos regale una palabra que no nos haga sentir solos en el dolor que estamos atravesando.
A veces también puede haber encuentros silenciosos, en los que no se dice nada, y sin embargo esos momentos nos ayudan a retomar el camino.
El primer encuentro en el que me gustaría detenerme es el de Jesús con Nicodemo, narrado en el capítulo 3 del Evangelio de Juan. Empiezo por este episodio porque Nicodemo es un hombre que, con su historia, demuestra que es posible salir de la oscuridad y encontrar la valentía para seguir a Cristo.
Nicodemo va a ver a Jesús de noche: una hora inusual para un encuentro. En el lenguaje de Juan, las referencias temporales a menudo tienen un valor simbólico: aquí la noche es probablemente la que hay en el corazón de Nicodemo.