Un grupo de apasionados del tango, la emblemática danza de la tierra natal del Papa Francisco, se congregó a las puertas del Policlínico Agostino Gemelli para expresarle su apoyo y cercanía mediante el baile.
La melodía del bandoneón, instrumento esencial en el tango, resonó hasta la décima planta del hospital, donde el Pontífice lleva más de un mes ingresado. Esta iniciativa recibió el nombre de “tango de oración” y fue una muestra de solidaridad por parte de la “comunidad tanguera” de Italia.
La bailarina argentina Daiana Guspero fue la encargada de promover este encuentro. En una entrevista con ACI Prensa, Guspero comparte los detalles de este emotivo gesto, realizado el 16 de marzo frente a la imagen de San Juan Pablo II, a la que muchos fieles se han acercado estos días para orar por el Papa Francisco.
“Yo soy muy creyente y estaba segura de que con nuestra energía, bailando el tango y orando por él, le iba a llegar de alguna forma. Es lo mínimo que podía hacer por él y sentí la necesidad de hacerlo, sabiendo especialmente que él ama el tango, que lo bailaba cuando era joven y que en el Vaticano lo escuchaba”, expresa la argentina.