La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) despidió el viernes a 50 miembros del personal de su oficina de servicios de migración y refugiados, haciendo referencia a una demora en los reembolsos del gobierno federal.
La portavoz de la USCCB, Chieko Noguchi, en una declaración compartida con CNA —agencia en inglés de EWTN News—, dijo que los recortes de empleo se debieron a la “continua incertidumbre con respecto al reasentamiento de refugiados y el futuro general de esos programas”.
“Por favor, recen por estos hombres y mujeres dedicados que han dado tanto de sí mismos al servicio de sus hermanas y hermanos necesitados”, dijo Noguchi.
Los despidos, informados por primera vez por el sitio web The Pillar el viernes por la noche, marcan una escalada de una crisis política y financiera cada vez más profunda para la USCCB y sus agencias caritativas afiliadas, cuyo papel de décadas de brindar servicios esenciales para migrantes y refugiados pagados en gran parte con fondos federales ha sido objeto de escrutinio por parte de la administración del presidente Donald Trump.
La USCCB destina la mayor parte de los más de 100 millones de dólares en subvenciones federales que recibe anualmente a organizaciones afiliadas que brindan servicios de migración y refugiados, como Catholic Charities.
Una gran parte de la financiación proviene de subvenciones a través del Programa Federal de Admisión de Refugiados de Estados Unidos (USRAP, por sus siglas en inglés) para ayudar a reasentar a los refugiados que han sido examinados por el gobierno federal.