El Cardenal Kurt Koch rechazó las posturas extremas de progresistas y tradicionalistas en torno al Concilio Vaticano II en su discurso de aceptación del Doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Católica de Valencia.
El prefecto del Dicasterios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos reflexionó en su lección magistral sobre la tensión entre los dos ejes del Concilio Vaticano II: la fidelidad a las fuentes y la fidelidad a las señales de los tiempos.
Para el purpurado, “la relación entre estas dos dimensiones ha caracterizado a la Iglesia desde siempre, pero la tensión se ha agudizado de una manera nueva después del Vaticano II”.
Ante esta dicotomía, el cardenal Koch apostó porque “más allá del conformismo secularista y del fundamentalismo separatista, es necesario buscar un tercer camino en la fe católica, que ya nos ha sido mostrado por el Concilio”.
Según el prefecto, tanto los llamados progresistas como los tradicionalistas “conciben el Vaticano II como una ruptura, aunque de manera opuesta”. Para los primeros la ruptura se produce después del concilio, mientras que los segundos entienden que se produjo en él.
Ante esto, el cardenal consideró que “las dos posiciones extremas están tan cerca, precisamente porque no interpretan el Vaticano II dentro de la tradición general de la Iglesia”.