El Papa Francisco pidió proteger “a los niños indocumentados en la frontera con Estados Unidos" y afirmó que son “las primeras víctimas de ese éxodo de desesperación” en la apertura de la cumbre sobre los derechos de los niños celebrada en el Vaticano.
En su discurso de apertura de la Cumbre Internacional sobre los Derechos del Niño titulada Amémoslos y protejámoslos en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Pontífice clamó contra los “intereses nacionalistas” que matan a niños bajo las bombas y condenó que muchos de ellos mueran “como emigrantes en el mar” o por la violencia “entre bandas criminales”.
También arremetió contra “prácticas asesinas” como el aborto y denunció que muchos menores en el mundo “sucumben a la falta de cuidados o a diversos tipos de explotación”.
“El aborto suprime la vida de niños y corta la fuente de esperanza de toda la sociedad”, clamó.
El Santo Padre lamentó también que otros tantos “mueren en el desierto o en las múltiples rutas de viajes de esperanza desesperada”.
“Matar a los pequeños es negar el futuro. En algunos casos, los propios niños se ven obligados a luchar bajo los efectos de las drogas. Incluso en países donde no hay guerra, la violencia entre bandas criminales resulta igual de mortal para los niños y a menudo los deja huérfanos y marginados”, insistió.