Donald Trump, presidente de Estados Unidos, firmó el lunes una serie de órdenes ejecutivas sobre inmigración, incluidas varias que ponen en marcha su promesa de campaña de llevar a cabo deportaciones masivas de personas que residen ilegalmente en Estados Unidos, un plan que numerosos líderes católicos, incluido el Papa Francisco, han criticado por injusto.
Entre las órdenes que Trump firmó el 20 de enero estaban una declaración de emergencia nacional en la frontera sur, el restablecimiento de la controvertida política de “Quédate en México” de su mandato anterior y la designación de los cárteles de la droga como “organizaciones terroristas extranjeras”.
El presidente también firmó una orden que pone en marcha un proceso para poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para las personas nacidas en territorio estadounidense, independientemente del estatus legal de sus padres, una acción que Trump ha prometido repetidamente a pesar de que la ciudadanía por derecho de nacimiento está prevista en la 14ª Enmienda.
Se estima que hay 11,7 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, según las estadísticas de julio de 2023 del Center for Migration Studies.
La plataforma de Trump propuso iniciar los esfuerzos en “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, priorizando la deportación de “los criminales más peligrosos” y trabajando con la policía local.
En su discurso inaugural, Trump dijo que invocaría la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 (utilizada recientemente, de manera infame, para internar a estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial) para expulsar a cualquier miembro de pandillas, traficantes de drogas o miembros de cárteles que se encuentren ilegalmente en Estados Unidos.