Los obispos de República Dominicana alientan a testimoniar ““el amor y la esperanza que brotan de nuestra fe”, en el marco del Sínodo de la Sinodalidad que concluyó en octubre y del Jubileo 2025 iniciado en diciembre.
En la carta pastoral, titulada “Caminemos juntos: La esperanza no defrauda”, los prelados reconocen que el mundo de hoy enfrenta diversos desafíos “debido a los conflictos armados que sacuden al mundo, los cuales fomentan un futuro incierto y, en ocasiones, aterrador. Esta realidad que afecta a la humanidad nos preocupa y nos interpela profundamente”.
Al presidir la llamada Misa Roja el 7 de enero, el P. Abraham Apolinario, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo, pidió a los jueces impartir justicia con verdad y denunció los “linchamientos y ejecuciones públicas”.
En su homilía, el sacerdote advirtió: “Si el pueblo no cree en el sistema de justicia, si pierde la confianza en sus jueces y colaboradores, corremos el riesgo de la violencia social y la gente acude entonces a los terribles casos de linchamientos y ejecuciones públicas”.
Días después, los obispos expresaron su “rotundo desacuerdo” con “los recientes actos de agresiones perpetrados por la empresa minera Barrick Gold” contra sacerdotes y comunidades, realizados “con el apoyo de la Policía Nacional y el Ejército de la República Dominicana”.
Esto se dio ante las protestas por el ingreso de maquinaria pesada de la minera Barrick Gold para construir una presa de cola —lugar donde se almacena relave minero—, lo que implica la reubicación de varias comunidades locales.