Capítulo III

Medios para la comunión y participación

Hay que despertar, promover y orientar vocaciones misioneras pensando ya en Centros o Seminarios especializados con esta finalidad.

(Puebla, Conclusiones 891)

Responsables del ministerio de la evangelización, nos preocupa cómo hacer llegar al hombre latinoamericano la Palabra de Dios, de tal modo que sea escuchada por él, asumida, encarnada, celebrada y transmitida a sus hermanos.

(Puebla, Conclusiones 892)

Sabemos que es Dios quien la hace crecer; sin embargo, el Señor de la mies espera la colaboración de sus servidores. Por eso, queremos reflexionar acerca de los medios principales de evangelización, con los cuales la Iglesia crea comunión e invita a los hombres al servicio de sus hermanos.

(Puebla, Conclusiones 893)

La comunidad que en la liturgia celebra gozosamente la Pascua del Señor, tiene el compromiso de dar testimonio, de catequizar, educar y comunicar la Buena Nueva por todos los medios que estén a su alcance.

Asimismo siente la necesidad de entrar en comunión y diálogo con los hombres que buscan la verdad en nuestro Continente.

CONTENIDO:

  1. Liturgia, oración particular, piedad popular.

  2. Testimonio.

  3. Catequesis.

  4. Educación.

  5. Comunicación social
    (Puebla, Conclusiones 894)

1. Liturgia, oración particular, piedad popular

La oración particular y la piedad popular, presentes en el alma de nuestro pueblo, constituyen valores de evangelización; la Liturgia es el momento privilegiado de comunión y participación para una evangelización que conduce a la liberación cristiana integral, auténtica.

(Puebla, Conclusiones 895)

1.1. Situación

a) Liturgia

En general, la renovación litúrgica en América Latina está dando resultados positivos porque se va encontrando de nuevo la real ubicación de la Liturgia en la misión evangelizadora de la Iglesia, por la mayor comprensión y participación de los fieles favorecida por los nuevos libros litúrgicos y por la difusión de la Catequesis presacramental.

(Puebla, Conclusiones 896)

Esto ha sido animado por los documentos de la Sede Apostólica y de las Conferencias Episcopales, así como por encuentros a diversos niveles: latinoamericano, regional, nacional, etc.

(Puebla, Conclusiones 897)

El idioma común, la riqueza cultural y la piedad popular han facilitado esta renovación.

(Puebla, Conclusiones 898)

Se siente la necesidad de adaptar la Liturgia a las diversas culturas y a la situación de nuestro pueblo joven, pobre y sencillo.

(Puebla, Conclusiones 899)

La falta de ministros, la población dispersa y la situación geográfica del continente han hecho tomar mayor conciencia de la utilidad de las celebraciones de la Palabra y de la importancia de servirse de los medios de comunicación social (radio y televisión) para llegar a todos.

(Puebla, Conclusiones 900)

Sin embargo, comprobamos que no se ha dado todavía a la pastoral litúrgica la prioridad que le corresponde dentro de la pastoral de conjunto, siendo aún más perjudicial la oposición que se da en algunos sectores, entre evangelización y sacramentalización. Falta profundizar en la formación litúrgica del clero; se nota una marcada ausencia de catequesis litúrgica destinada a los fieles.

(Puebla, Conclusiones 901)

La participación en la liturgia no incide adecuadamente en el compromiso social de los cristianos. La instrumentalización, que a veces se hace de la misma, desfigura su valor evangelizador.

(Puebla, Conclusiones 902)

Ha sido también perjudicial la falta de observancia de las normas litúrgicas y de su espíritu pastoral, con abusos que causan desorientación y división entre los fieles.

(Puebla, Conclusiones 903)

b) Oración particular

La religiosidad popular del hombre latinoamericano posee rica herencia de oración enraizada en culturas autóctonas y evangelizada después por las formas de piedad cristiana de misioneros e inmigrantes.

(Puebla, Conclusiones 904)

Consideramos como un tesoro la costumbre, existente desde antiguo, de congregarse para orar en festividades y ocasiones especiales. Recientemente la oración se ha visto enriquecida por el movimiento bíblico, por nuevos métodos de oración contemplativa y por el movimiento de grupos de oración.

(Puebla, Conclusiones 905)

Muchas comunidades cristianas que carecen de ministro ordenado, acompañan y celebran sus acontecimientos y fiestas con reuniones de oración y canto, que al mismo tiempo evangelizan a la comunidad y le proporcionan fuerza evangelizadora.

(Puebla, Conclusiones 906)

La oración familiar ha sido, en vastas zonas, el único culto existente; de hecho, ha conservado la unidad y la fe de la familia y del pueblo.

(Puebla, Conclusiones 907)

La invasión de la TV y la radio en los hogares pone en peligro las prácticas piadosas en el seno de la familia.

(Puebla, Conclusiones 908)

Aun cuando muchas veces la oración surge por necesidades meramente personales y se expresa en fórmulas tradicionales no asimiladas, no puede desconocerse que la vocación del cristiano debe llevarlo al compromiso moral, social y evangelizador.

(Puebla, Conclusiones 909)

c) Piedad popular

En el conjunto del pueblo católico latinoamericano aparece, a todos los niveles y con formas bastante variadas, una piedad popular que los obispos no podemos pasar por alto y que necesita ser estudiada con criterios teológicos y pastorales para descubrir su potencial evangelizador.

(Puebla, Conclusiones 910)

América Latina está insuficientemente evangelizada. La gran parte del pueblo expresa su fe prevalentemente en la piedad popular.

(Puebla, Conclusiones 911)

Las manifestaciones de piedad popular son muy diversas, de carácter comunitario e individual; entre ellas se encuentra: el culto a Cristo paciente y muerto, la devoción al Sagrado Corazón, diversas devociones a la Santísima Virgen María, el culto a los Santos y a los difuntos, las procesiones, los novenarios, las fiestas patronales, las peregrinaciones a santuarios, los sacramentales, las promesas, etc.

(Puebla, Conclusiones 912)

La piedad popular presenta aspectos positivos como: sentido de lo sagrado y trascendente; disponibilidad a la Palabra de Dios; marcada piedad mariana; capacidad para rezar; sentido de amistad, caridad y unión familiar; capacidad de sufrir y reparar; resignación cristiana en situaciones irremediables; desprendimiento de lo material.

(Puebla, Conclusiones 913)

Pero también presenta aspectos negativos: falta de sentido de pertenencia a la Iglesia; desvinculación entre fe y vida; el hecho de que no conduce a la recepción de los sacramentos; valoración exagerada del culto a los santos con detrimento del conocimiento de Jesucristo y su misterio; idea deformada de Dios; concepto utilitario de ciertas formas de piedad; inclinación, en algunos lugares, al sincretismo religioso; infiltración del espiritismo y, en algunos casos, de prácticas religiosas del Oriente.

(Puebla, Conclusiones 914)

Con mucha frecuencia se han suprimido formas de piedad popular sin razones valederas o sin sustituirlas por algo mejor.

(Puebla, Conclusiones 915)

1.2. Criterios doctrinales y pastorales

a) Liturgia

Es necesario que toda esta renovación esté orientada por una auténtica teología litúrgica. En ella, es importante la teología de los Sacramentos. Esto contribuirá a la superación de una mentalidad neorritualista.

(Puebla, Conclusiones 916)

El Padre por Cristo en el Espíritu santifica a la Iglesia y por ella al mundo, y, a su vez, mundo e Iglesia por Cristo en el Espíritu, dan gloria al Padre.

(Puebla, Conclusiones 917)

La liturgia, como acción de Cristo y de la Iglesia, es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo; es cumbre y fuente de la vida eclesial. Es encuentro con Dios y los hermanos; banquete y sacrificio realizado en la Eucaristía; fiesta de comunión eclesial, en la cual el Señor Jesús, por su misterio pascual, asume y libera al Pueblo de Dios y por él a toda la humanidad cuya historia es convertida en historia salvífica para reconciliar a los hombres entre sí y con Dios. La liturgia es también fuerza en el peregrinar, a fin de llevar a cabo, mediante el compromiso transformador de la vida, la realización plena del Reino, según el plan de Dios.

(Puebla, Conclusiones 918)

En la Iglesia particular, «el Obispo debe ser considerado como el gran sacerdote de su grey; de él se deriva y depende, en cierto modo, la vida en Cristo de sus fieles» (SC 41).

(Puebla, Conclusiones 919)

EL hombre es un ser sacramental, a nivel religioso expresa sus relaciones con Dios en un conjunto de signos y símbolos; Dios, igualmente, los utiliza cuando se comunica con los hombres. Toda la creación es, en cierto modo, sacramento de Dios porque nos lo revela.

(Puebla, Conclusiones 920)

Cristo «es imagen de Dios invisible» (Col 1, 15). Como tal, es el sacramento primordial y radical del Padre: «el que me ha visto a Mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 9).

(Puebla, Conclusiones 921)

La Iglesia, a su vez, es sacramento de Cristo para comunicar a los hombres la vida nueva. Los siete sacramentos de la Iglesia concretan y actualizan, para las distintas situaciones de la vida, esta realidad sacramental.

(Puebla, Conclusiones 922)

Por eso no basta recibirlos en forma pasiva, sino vitalmente insertados en la comunión eclesial. Por los sacramentos Cristo continúa, mediante la acción de la Iglesia, encontrándose con los hombres y salvándolos.

La celebración eucarística, centro de la sacramentalidad de la Iglesia y la más plena presencia de Cristo en la humanidad, es centro y culmen de toda la vida sacramental.

(Puebla, Conclusiones 923)

La renovación litúrgica ha de estar orientada por ciertos criterios pastorales fundados en la naturaleza misma de la liturgia y de su función evangelizadora.

(Puebla, Conclusiones 924)

La reforma y la renovación litúrgica fomentan la participación que conduce a la comunión. La participación plena, consciente y activa en la Liturgia es fuente primaria y necesaria del espíritu verdaderamente cristiano. Por esto las consideraciones pastorales, atendida siempre la observancia de las normas litúrgicas, deben superar el simple rubricismo.

(Puebla, Conclusiones 925)

Los signos, importantes en toda acción litúrgica, deben ser empleados en forma viva y digna, supuesta una adecuada catequesis. Las adaptaciones previstas en la Sacrosanctum Concilium y en las normas pastorales posteriores son indispensables para lograr un rito acomodado a nuestras necesidades, especialmente a las del pueblo sencillo, teniendo en cuenta sus legítimas expresiones culturales.

(Puebla, Conclusiones 926)

Ninguna actividad pastoral puede realizarse sin referencia a la liturgia. Las celebraciones litúrgicas suponen iniciación en la fe mediante el anuncio evangelizador, la catequesis y la predicación bíblica; ésta es la razón de ser de los cursos y encuentros presacramentales.

(Puebla, Conclusiones 927)

Toda celebración debe tener, a su vez, una proyección evangelizadora y catequética adaptada a las distintas asambleas de fieles, pequeños grupos, niños, grupos populares, etc.

(Puebla, Conclusiones 928)

Las celebraciones de la Palabra, con la lectura de la Sagrada Escritura abundante, variada y bien escogida, son de gran provecho para la comunidad, principalmente donde no hay presbíteros y, sobre todo, para la realización del culto dominical.

(Puebla, Conclusiones 929)

La homilía, como parte de la liturgia, es ocasión privilegiada para exponer el misterio de Cristo en el aquí y ahora de la comunidad, partiendo de los textos sagrados, relacionándolos con el sacramento y aplicándolos a la vida concreta. Su preparación debe ser esmerada y su duración proporcionada a las otras partes de la celebración.

(Puebla, Conclusiones 930)

El que preside la celebración es el animador de la comunidad y por su actuación favorece la participación de los fieles; de ahí la importancia de una digna y adecuada forma de celebrar.

(Puebla, Conclusiones 931)

b) La oración particular

El ejemplo de Cristo orante: El Señor Jesús, que pasó por la tierra haciendo el bien y anunciando la Palabra, dedicó, por el impulso del Espíritu, muchas horas a la oración, hablando al Padre con filial confianza e intimidad incomparable y dando ejemplo a sus discípulos, a los cuales expresamente enseñó a orar. El cristiano, movido por el Espíritu Santo, hará de la oración motivo de su vida diaria y de su trabajo; la oración crea en él actitud de alabanza y agradecimiento al Señor, le aumenta la fe, lo conforta en la esperanza activa, lo conduce a entregarse a los hermanos y a ser fiel en la tarea apostólica, lo capacita para formar comunidad. La Iglesia que ora en sus miembros se une a la oración de Cristo.

(Puebla, Conclusiones 932)

La oración en familia: la familia cristiana, evangelizada y evangelizadora, debe seguir el ejemplo de Cristo orante. Así, su oración manifiesta y sostiene la vida de la Iglesia doméstica, en donde se acoge el germen del Evangelio que crece para capacitar a todos los miembros como apóstoles y a hacer de la familia un núcleo de evangelización.

(Puebla, Conclusiones 933)

La liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia. Se recomiendan los ejercicios piadosos del pueblo cristiano con tal de que vayan de acuerdo con las normas y leyes de la Iglesia, en cierto modo deriven de la liturgia y a ella conduzcan. El misterio de Cristo es uno y en su riqueza tiene manifestaciones y modos diversos de llegar a los hombres. Gracias a la rica herencia religiosa y por la urgencia de las circunstancias de tiempo y lugar, las comunidades cristianas se hacen evangelizadoras al vivir la oración.

(Puebla, Conclusiones 934)

c) Piedad popular

La piedad popular conduce al amor de Dios y de los hombres y ayuda a las personas y a los pueblos a tomar conciencia de su responsabilidad en la realización de su propio destino. La auténtica piedad popular, basada en la Palabra de Dios, contiene valores evangelizadores que ayudan a profundizar la fe del pueblo.

(Puebla, Conclusiones 935)

La expresión de la piedad popular debe respetar los elementos culturales nativos.

(Puebla, Conclusiones 936)

Para que constituya un elemento eficaz de evangelización la piedad popular necesita de una constante purificación y clarificación y llevar no sólo a la pertenencia a la Iglesia, sino también a la vivencia cristiana y al compromiso con los hermanos.

(Puebla, Conclusiones 937)

1.3. Conclusiones

a) Liturgia

Dar a la liturgia su verdadera dimensión de cumbre y fuente de la actividad de la Iglesia (SC 10).

(Puebla, Conclusiones 938)

Celebrar la fe en la liturgia como encuentro con Dios y con los hermanos, como fiesta de comunión eclesial, como fortalecimiento en nuestro peregrinar y como compromiso de nuestra vida cristiana. Dar especial importancia a la liturgia dominical.

(Puebla, Conclusiones 939)

Revalorizar la fuerza de los «signos» y su teología.

Celebrar la fe en la liturgia con expresiones culturales según una sana creatividad. Promover adaptaciones adecuadas, de manera particular a los grupos étnicos y al pueblo sencillo (grupos populares); pero con el cuidado de que la liturgia no sea instrumentalizada para fines ajenos a su naturaleza, se guarden fielmente las normas de la Santa Sede y se eviten las arbitrariedades en las celebraciones litúrgicas.

(Puebla, Conclusiones 940)

Estudiar la función catequética y evangelizadora de la Liturgia.

(Puebla, Conclusiones 941)

Promover la formación de los agentes de pastoral litúrgica con una auténtica teología que lleve a un compromiso vital.

(Puebla, Conclusiones 942)

Procurar ofrecer a los Presidentes de las celebraciones litúrgicas las condiciones aptas para mejorar su función y llegar a la comunicación viva con la asamblea; poner especial esmero en la preparación de la homilía que tiene tan gran valor evangelizador.

(Puebla, Conclusiones 943)

Fomentar las celebraciones de la Palabra, dirigidas por diáconos, o laicos (varones o mujeres).

(Puebla, Conclusiones 944)

Preparar y realizar con esmero la liturgia de los sacramentos, la de las grandes festividades y la que se realiza en los santuarios.

(Puebla, Conclusiones 945)

Aprovechar, como ocasión propicia de evangelización, la celebración de la Palabra en los funerales y en los actos de piedad popular.

(Puebla, Conclusiones 946)

Promover la música sacra, como servicio eminente, que responda a la índole de nuestros pueblos.

(Puebla, Conclusiones 947)

Respetar el patrimonio artístico religioso y fomentar la creatividad artística adecuada a las nuevas formas litúrgicas.

(Puebla, Conclusiones 948)

Incrementar las celebraciones transmitidas por radio y televisión, teniendo en cuenta la naturaleza de la liturgia y la índole de los respectivos medios de comunicación utilizados.

(Puebla, Conclusiones 949)

Fomentar los encuentros preparatorios para la celebración de los sacramentos.

(Puebla, Conclusiones 950)

Aprovechar las posibilidades que ofrecen los nuevos rituales de los sacramentos. Los sacerdotes se dedicarán de manera especial a administrar el sacramento de la reconciliación.

(Puebla, Conclusiones 951)

b) Oración particular

La diócesis en su pastoral de conjunto, la parroquia y las comunidades menores (Comunidades Eclesiales de Base y familia) integrarán en sus programas evangelizadores la oración personal y comunitaria.

(Puebla, Conclusiones 952)

Procurar que todas las actividades de la Iglesia (como reuniones, uso de Medios de Comunicación Social, obras sociales, etc.), sean ocasión y escuela de oración.

(Puebla, Conclusiones 953)

Utilizar los seminarios, los monasterios, las escuelas y otros centros de formación como lugar privilegiado para orar, irradiar vida de oración y formar maestros de ella.

(Puebla, Conclusiones 954)

Los sacerdotes, los religiosos y los laicos comprometidos se distinguen por su ejemplo de oración y por la enseñanza de la misma al Pueblo de Dios.

(Puebla, Conclusiones 955)

Promover las obras que fomenten la santificación del trabajo y la oración de los enfermos e impedidos.

(Puebla, Conclusiones 956)

Fomentar aquellas formas de piedad popular que contribuyen a fortalecer la oración personal, familiar, de grupo y comunitaria.

(Puebla, Conclusiones 957)

Integrar a la pastoral orgánica los grupos de oración para que conduzcan a sus miembros a la liturgia, a la evangelización y al compromiso social.

(Puebla, Conclusiones 958)

c) Piedad popular

Traten los agentes de pastoral de recuperar los valores evangelizadores de la piedad popular en sus diversas manifestaciones personales y masivas.

(Puebla, Conclusiones 959)

Se empleará la piedad popular como punto de partida para lograr que la fe del pueblo alcance madurez y profundidad, por lo cual dicha piedad popular se basará en la Palabra de Dios y en el sentido de pertenencia a la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 960)

No se prive al pueblo de sus expresiones de piedad popular. En lo que haya que cambiar procédase gradualmente y previa catequesis para llegar a algo mejor.

(Puebla, Conclusiones 961)

Orientar los sacramentales al reconocimiento de los beneficios de Dios y a la toma de conciencia del compromiso que el cristiano tiene en el mundo.

(Puebla, Conclusiones 962)

Presentar la devoción a María y a los Santos como la realización en ellos de la Pascua de Cristo y recordar que debe conducir a la vivencia de la Palabra y al testimonio de vida.

(Puebla, Conclusiones 963)

2. Testimonio

2.1. Situación

A través de su historia, la Iglesia en América Latina ha dado testimonio de lo que cree de diversas maneras: su fidelidad al Vicario de Cristo; la mutua ayuda entre las Iglesias particulares; la existencia y los trabajos del Consejo Episcopal Latinoamericano son signos de la comunión en que vive.

(Puebla, Conclusiones 964)

La Iglesia, a través de innumerables sacerdotes, religiosos, religiosas, misioneros y laicos, ha estado presente entre los más pobres y necesitados, predicando el Mensaje y realizando la caridad que el Espíritu difunde en ella para la promoción integral del hombre y dando testimonio de que el Evangelio tiene fuerza para elevarlo y dignificarlo.

(Puebla, Conclusiones 965)

Sin embargo, no todos los miembros de la Iglesia han sido respetuosos del hombre y de su cultura; muchos han mostrado una fe poco vigorosa para vencer sus egoísmos, su individualismo y su apego a las riquezas, obrando injustamente y lesionando la unidad de la sociedad y de la misma Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 966)

2.2. Criterios doctrinales

Cristo, primer evangelizador y testigo fiel, evangeliza dando testimonio veraz de lo que ha visto junto al Padre y hace las obras que ve hacer al Padre; sus acciones dan testimonio de que vino del Padre.

(Puebla, Conclusiones 967)

Los verdaderos cristianos, unidos a Jesús, dan a su vez este mismo testimonio. Por sus obras, testifican el amor que el Padre tiene a los hombres, el poder salvador con que Jesucristo libera del pecado y el amor que ha sido derramado por el Espíritu que habita en ellos, capaz de crear la verdadera comunión con el Padre y los hermanos.

(Puebla, Conclusiones 968)

Las obras de los cristianos guiados por el Espíritu son: amor, comunión, participación, solidaridad, dominio de sí mismo, alegría, esperanza, justicia realizada en la paz, castidad, entrega desinteresada de sí mismo; en una palabra, todo lo que constituye la santidad; ésta va acompañada de frecuencia de sacramentos, oración y devoción intensa a María.

(Puebla, Conclusiones 969)

El verdadero testimonio de los cristianos es, por tanto, la manifestación de las obras que Dios realiza en los hombres. El hombre da testimonio, no basado en sus propias fuerzas, sino en la confianza que tiene en el poder de Dios que lo transforma y en la misión que le confiere.

(Puebla, Conclusiones 970)

2.3. Criterios pastorales

Siendo el testimonio elemento primero de la evangelización y condición esencial en vista a la eficacia real en la predicación, es necesario que esté siempre presente en la vida y en la acción evangelizadora de la Iglesia de manera que en el contexto de la vida latinoamericana sea un «signo» que conduzca al deseo de conocer la Buena Nueva y atestigüe la presencia del Señor entre nosotros.

(Puebla, Conclusiones 971)

En la situación que viven nuestros pueblos, los frutos del Espíritu que constituyen el núcleo de nuestro testimonio, implican que tanto la Jerarquía como el Laicado y los religiosos vivamos en una continua autocrítica, a la luz del Evangelio, a nivel personal, grupal y comunitario, para despojarnos de toda actitud que no sea evangélica y que desfigure el rostro de Cristo.

(Puebla, Conclusiones 972)

ésta es nuestra primera opción pastoral: la misma comunidad cristiana; sus laicos, sus pastores, sus ministros y sus religiosos deben convertirse cada vez más al Evangelio para poder evangelizar a los demás.

(Puebla, Conclusiones 973)

Sobre todo, es importante que, en comunidad, revisemos nuestra comunión y participación con los pobres, los humildes y sencillos. Será, por tanto, necesario escucharlos, acoger lo más profundo de sus aspiraciones, valorizar, discernir, alentar, corregir, dejando que el Señor nos guíe para hacer efectiva la unidad con ellos en un mismo cuerpo y en un mismo espíritu.

(Puebla, Conclusiones 974)

Esto nos pide una oración más asidua, meditación más profunda de la Escritura, despojo íntimo y efectivo según el Evangelio de nuestros privilegios, modos de pensar, ideologías, relaciones preferenciales y bienes materiales; una mayor sencillez de vida; el compromiso en la realización de hechos significativos como el cumplimiento cabal de la «hipoteca social» de la propiedad; la comunicación cristiana de bienes materiales y espirituales; la colaboración en acciones comunitarias de promoción humana y una amplia gama de obras de caridad, cuyo mínimo exigible es la justicia, junto con la mayor libertad ante criterios y poderes pervertidos.

(Puebla, Conclusiones 975)

Es importante también que a nivel continental, la Iglesia progrese en la realización de signos testimoniales de su vitalidad interior; entre estos signos están la mayor solidaridad entre las Iglesias particulares y la mejor coordinación pastoral a través del CELAM, que debe seguir sirviendo a la Colegialidad Episcopal y a la comunión intraeclesial en América Latina.

(Puebla, Conclusiones 976)


3. Catequesis

La catequesis «que consiste en la educación ordenada y progresiva de la fe» (Mensaje del Sínodo de Catequesis n. 1), debe ser acción prioritaria en América Latina, si queremos llegar a una renovación profunda de la vida cristiana y, por lo tanto, a una nueva civilización que sea participación y comunión de personas en la Iglesia y en la sociedad.

(Puebla, Conclusiones 977)

3.1. Situación

Desde el punto de vista histórico, a partir de Medellín, en la catequesis se pueden notar aspectos positivos y negativos:

(Puebla, Conclusiones 978)

Positivos

El florecimiento de la acción catequística a través de nuevas y ricas experiencias en los diferentes países, como por ejemplo:

(Puebla, Conclusiones 978)

- Un esfuerzo sincero para integrar vida y fe, historia humana e historia de la salvación, situación humana y doctrina revelada, a fin de que el hombre consiga su verdadera liberación.

(Puebla, Conclusiones 979)

- Una pedagogía catequística positiva que parte de la persona de Cristo para llegar a sus preceptos y consejos.

(Puebla, Conclusiones 980)

- Un amor más acendrado a la Sagrada Escritura como fuente principal de la catequesis.

(Puebla, Conclusiones 981)

- Una educación sobre el sentido crítico constructivo de la persona y de la comunidad en una visión cristiana.

(Puebla, Conclusiones 982)

- Un redescubrimiento de su dimensión comunitaria de tal modo que la comunidad eclesial se está haciendo responsable de la catequesis en todos sus niveles: la familia, la parroquia, las Comunidades Eclesiales de Base, la comunidad escolar y en la organización diocesana y nacional.

(Puebla, Conclusiones 983)

- Una cada vez mayor toma de conciencia de que la catequesis es un proceso dinámico, gradual y permanente de educación en la fe.

(Puebla, Conclusiones 984)

- Un aumento de Institutos para la formación de catequistas en muchas partes y en todos los niveles: diocesanos, nacionales e internacionales.

(Puebla, Conclusiones 985)

- Una proliferación de textos de catecismo. Este hecho a veces es positivo y a veces es negativo, en cuanto que son parciales o no renovados.

(Puebla, Conclusiones 986)

Negativos

- La catequesis no logra llegar a todos los cristianos en medida suficiente ni a todos los sectores y situaciones, por ejemplo: amplios ámbitos de la juventud, de las élites intelectuales, de los campesinos y del mundo obrero, de las fuerzas armadas, de los ancianos y de los enfermos, etc.

(Puebla, Conclusiones 987)

- Se cae a menudo en dualismos y falsas oposiciones como entre catequesis sacramental y catequesis vivencial; catequesis de la situación y catequesis doctrinal. Por no ubicarse en un justo equilibrio, algunos han caído en el formulismo y otros en lo vivencial sin presentación de la doctrina; hay quienes han pasado del memorismo a la ausencia total de memoria.

(Puebla, Conclusiones 988)

Hay catequesis que descuidan la iniciación a la oración y a la liturgia.

(Puebla, Conclusiones 989)

No se respetan, a veces, las competencias que corresponden a los teólogos y a los catequistas en sintonía con el Magisterio; por lo cual, se han difundido entre los catequistas conceptos que pertenecen a hipótesis teológicas o de estudio.

(Puebla, Conclusiones 990)

Se comprueba cierta desorientación de las actitudes catequísticas en el campo ecuménico.

(Puebla, Conclusiones 991)

3.2. Criterios teológicos

a) Comunión y participación

La obra evangelizadora que se realiza en la catequesis exige la comunión de todos: pide ausencia de divisiones y que las personas se encuentren en una fe adulta y en un amor evangélico. Una de las metas de la catequesis es precisamente la construcción de la comunidad.

(Puebla, Conclusiones 992)

Se exige la colaboración de todos los miembros de la comunidad eclesial, cada uno según su ministerio y carisma. Sin eludir responsabilidades apostólicas y misioneras para que en la catequesis la Iglesia edifique a la Iglesia. La Iglesia es constantemente evangelizada y evangelizadora.

(Puebla, Conclusiones 993)

b) La fidelidad a Dios

La fidelidad a Dios se expresa en la catequesis como fidelidad a la Palabra dada en Jesucristo. El catequista no se predica a sí mismo sino a Jesucristo, siendo fiel a su Palabra y a la integridad de su Mensaje.

(Puebla, Conclusiones 994)

c) La fidelidad a la Iglesia

Todo el que catequiza sabe que la fidelidad a Jesucristo va unida indisolublemente a la fidelidad a la Iglesia; que con su labor edifica continuamente la comunidad y transmite la imagen de la Iglesia; que debe hacerlo en unión con los Obispos y con la misión de ellos recibida.

(Puebla, Conclusiones 995)

d) La fidelidad al hombre latinoamericano

La fidelidad al hombre latinoamericano exige de la catequesis que penetre, asuma y purifique los valores de su cultura. Por lo tanto, que se empeñe en el uso y adaptación del lenguaje catequístico.

(Puebla, Conclusiones 996)

En consecuencia, la catequesis debe iluminar con la Palabra de Dios las situaciones humanas y los acontecimientos de la vida para hacer descubrir en ellos la presencia o la ausencia de Dios.

(Puebla, Conclusiones 997)

e) Conversión y crecimiento

La catequesis debe llevar a un proceso de conversión y crecimiento permanente y progresivo en la fe.

(Puebla, Conclusiones 998)

f) Catequesis integradora

«En toda catequesis integral hay que unir siempre de modo inseparable:

- El conocimiento de la Palabra de Dios;

- la celebración de la fe en los sacramentos;

- la confesión de la fe en la vida cotidiana» (Sínodo de 1977, 11).

(Puebla, Conclusiones 999)

3.3. Proyectos pastorales

La catequesis, para cumplir su misión evangelizadora en América Latina, deberá tener presente lo siguiente:

(Puebla, Conclusiones 1000)

a) Formar hombres comprometidos personalmente con Cristo, capaces de participación y comunión en el seno de la Iglesia y entregados al servicio salvífico del mundo.

(Puebla, Conclusiones 1000)

b) Tomar como fuente principal la Sagrada Escritura, leída en el contexto de la vida, a la luz de la Tradición y del Magisterio de la Iglesia, transmitiendo, además, el Símbolo de la fe; por lo tanto, dará importancia al apostolado bíblico, difundiendo la Palabra de Dios, formando grupos bíblicos, etc..

(Puebla, Conclusiones 1001)

c) Dar prioridad pastoral a la adecuada formación de los catequistas, en diferentes institutos, cuidando de su especialización en función de las diversas situaciones, edades y áreas que cubran los catequizandos, v. gr. niños, jóvenes, campesinos, obreros, fuerzas armadas, élites, enfermos, deficientes, presidiarios, etc.

(Puebla, Conclusiones 1002)

d) Adaptar en los Institutos de formación de los sacerdotes y de los religiosos y religiosas la «Ratio Studiorum» como algo urgente para que se intensifique la enseñanza de la adecuada transmisión contemporánea del Mensaje evangélico.

Los catequistas procurarán:

(Puebla, Conclusiones 1003)

- La integridad del anuncio de la Palabra para superar el dualismo, las falsas oposiciones y la unilateralidad;

(Puebla, Conclusiones 1004)

- Iniciar a los catequizandos en la oración y en la Liturgia; en el testimonio y en el compromiso apostólico;

(Puebla, Conclusiones 1005)

- Impartir una catequesis vocacionalmente orientadora, explicando también la vocación laical, con un compromiso adaptado a las diferentes edades, desde la niñez hasta la edad adulta;

(Puebla, Conclusiones 1006)

- Como educadores de la fe de las personas y de las comunidades, empeñarse en una metodología en forma de proceso permanente por etapas progresivas, que incluya la conversión, la fe en Cristo, la vida en comunidad, la vida sacramental y el compromiso apostólico.

(Puebla, Conclusiones 1007)

- Impartir una educación integral de la fe que incluya los siguientes aspectos:

- La capacidad del cristiano para dar razón de su esperanza;

- La capacidad de dialogar ecuménicamente con los demás cristianos;

- Una buena formación para la vida moral asumida como seguimiento de Cristo, acentuando la vivencia de las Bienaventuranzas;

- La formación gradual para una positiva ética sexual cristiana;

- La formación para la vida política y para la doctrina social de la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 1008)

La metodología

Los catequistas tendrán en cuenta la importancia de la memoria según lo expresa el Papa Pablo VI: «memorizar las más importantes sentencias bíblicas especialmente las del N. T. y los textos litúrgicos que se utilizan para la oración en común y para hacer más fácil la confesión de la fe», y darán importancia a las técnicas audiovisuales: dibujo, fotopalabra, «mini media», dramatización, canto, etc.

(Puebla, Conclusiones 1009)

La acción catequistica

- Se dirigirá en forma simultánea a los grupos y a las multitudes. Para éstas últimas, resultan de mucha eficacia las misiones populares, convenientemente renovadas en una línea evangelizadora.

(Puebla, Conclusiones 1010)


4. Educación

- Se favorecerá la catequesis permanente, desde la niñez hasta la ancianidad, por la mutua integración entre sí de las comunidades o instituciones que catequizan, a saber: la familia, la escuela, la parroquia, los movimientos y las diversas comunidades o grupos.

(Puebla, Conclusiones 1011)

Para la Iglesia, educar al hombre es parte integrante de su misión evangelizadora, continuando así la misión de Cristo Maestro.

(Puebla, Conclusiones 1012)

Cuando la Iglesia evangeliza y logra la conversión del hombre, también lo educa, pues la salvación (don divino y gratuito) lejos de deshumanizar al hombre, lo perfecciona y ennoblece; lo hace crecer en humanidad. La evangelización es en este sentido educación. Sin embargo, la educación en cuanto tal no pertenece al contenido esencial de la evangelización, sino más bien a su contenido integral.

(Puebla, Conclusiones 1013)

4.1. Situación

La labor educativa se desenvuelve entre nosotros en una situación de cambio socio -cultural caracterizada por la secularización de la cultura influida por los medios masivos de comunicación y marcada por el desarrollo económico cuantitativo que, si bien ha representado algún progreso, no ha suscitado los cambios requeridos para una sociedad más justa y equilibrada. La situación de pobreza de gran parte de nuestros pueblos está significativamente correlacionada con los procesos educativos. Los sectores deprimidos muestran las mayores tasas de analfabetismo y deserción escolar y las menores posibilidades de obtener empleo.

(Puebla, Conclusiones 1014)

Situación problemática en algunas naciones es la presencia de grupos aborígenes que no obstante sus valores culturales (formas de organización social, sistemas simbólicos, costumbres y celebraciones comunitarias, artes y habilidades manuales), carecen de formas estructuradas de educación, escritura y de ciertas destrezas y hábitos mentales, circunstancias que los marginan y mantienen en situación de desventaja. Las instituciones educativas convencionales resultan para ellos no sólo ajenas sino poco funcionales, pues suelen operar como mecanismos de desarraigo y evasión de la comunidad.

(Puebla, Conclusiones 1015)

El crecimiento demográfico ha acelerado la demanda de educación en todos los niveles: elemental, medio y superior, a la cual ha correspondido un considerable aumento de oferta especialmente por parte del sector estatal. Con todo, la distribución de recursos fiscales suele obedecer a criterios políticos más que a la preferencia por sectores menos favorecidos. También la iniciativa privada y las instituciones vinculadas a la Iglesia han contribuido, a pesar de las dificultades, a aumentar la oferta educativa.

(Puebla, Conclusiones 1016)

Las relaciones entre Iglesia y Estado en materia educativa varían de país a país. En algunos existen formas legales o de facto de real colaboración; en otros, situaciones de conflicto, especialmente donde se da el monopolio educativo estatal. El diálogo depende, en general, de la situación política. Algunos gobiernos han llegado a considerar subversivos ciertos aspectos y contenidos de la educación cristiana.

(Puebla, Conclusiones 1017)

La creciente demanda educativa de diversa índole plantea también a la Iglesia nuevos retos no sólo en el campo de la educación convencional (colegios y universidades), sino también en otros: educación de adultos, educación a distancia, no -formal, asistemática, estrechamente ligada al notable desarrollo de los medios modernos de comunicación social y, finalmente, las amplias posibilidades que ofrece la educación permanente.

(Puebla, Conclusiones 1018)

Entre los religiosos educadores surgen cuestionamientos sobre la institución escolar católica, porque favorecería el elitismo y el clasismo; por los escasos resultados en la educación de la fe y de los cambios sociales; por problemas financieros, etc. ésta ha sido una de las causas que han llevado a muchos religiosos a abandonar el campo educativo a cambio de una acción pastoral considerada más directa, valiosa y urgente.

(Puebla, Conclusiones 1019)

Se advierte, con satisfacción, la creciente presencia de los laicos en las instituciones educativas eclesiales y se comprueba la intervención de cristianos responsables en todos los campos de la educación.

(Puebla, Conclusiones 1020)

Se detectan influencias ideológicas en la manera de concebir la educación, aun la cristiana. Una, de corte utilitario -individualista, la considera como simple medio para asegurarse un porvenir; una inversión a plazo. Otra busca instrumentalizar la educación, no con fines individualistas, sino al servicio de un determinado proyecto socio -político, ya sea de tipo estatista, ya colectivista.

(Puebla, Conclusiones 1021)

Se experimentan dificultades en la coordinación de agentes y agencias educativas eclesiales entre sí y con los Obispos, sea porque no se acepta plenamente su liderazgo, sea porque se echa de menos una preocupación y compromiso de los pastores en el campo de la educación. En consecuencia, se advierte también deficiente planificación educacional y hasta cierta incapacidad para determinar los objetivos.

(Puebla, Conclusiones 1022)

Viene cobrando mayor vigencia la idea de la «comunidad o ciudad educativa», en la cual se integran todos los factores educativos de la comunidad actual o potencialmente, a partir de la familia y con especial acento en ella. Esta concepción está transformando algunos colegios en verdaderos agentes de evangelización.

(Puebla, Conclusiones 1023)

4.2. Principios y criterios

La educación es una actividad humana del orden de la cultura; la cultura tiene una finalidad esencialmente humanizadora. Se comprende, entonces, que el objetivo de toda educación genuina es la de humanizar y personalizar al hombre, sin desviarlo, antes bien, orientándolo eficazmente hacia su fin último, que trasciende la finitud esencial del hombre. La educación resultará más humanizadora en la medida en que más se abra a la trascendencia, es decir, a la verdad y al Sumo Bien.

(Puebla, Conclusiones 1024)

La educación humaniza y personaliza al hombre cuando logra que éste desarrolle plenamente su pensamiento y su libertad, haciéndolos fructificar en hábitos de comprensión y de comunión con la totalidad del orden real, por los cuales el mismo hombre humaniza su mundo, produce cultura, transforma la sociedad y construye la historia.

(Puebla, Conclusiones 1025)

La educación evangelizadora asume y completa la noción de educación liberadora porque debe contribuir a la conversión del hombre total, no sólo en su yo profundo e individual, sino también en su yo periférico y social, orientándolo radicalmente a la genuina liberación cristiana que abre al hombre a la plena participación en el misterio de Cristo resucitado, es decir, a la comunión filial con el Padre y a la comunión fraterna con todos los hombres, sus hermanos.

Esta educación evangelizadora deberá reunir, entre otras, las siguientes características:

(Puebla, Conclusiones 1026)

a) Humanizar y personalizar al hombre para crear en él el lugar donde pueda revelarse y ser escuchada la Buena Nueva: el designio salvífico del Padre en Cristo y su Iglesia;

(Puebla, Conclusiones 1027)

b) Integrarse al proceso social latinoamericano impregnado por una cultura radicalmente cristiana en la cual, sin embargo, coexisten valores y antivalores, luces y sombras y, por lo tanto, necesita ser constantemente reevangelizada;

(Puebla, Conclusiones 1028)

c) Ejercer la función crítica propia de la verdadera educación, procurando regenerar permanentemente, desde el ángulo de la educación, las pautas culturales y las normas de interacción social que posibiliten la creación de una nueva sociedad, verdaderamente participativa y fraterna, es decir, educación para la justicia;

(Puebla, Conclusiones 1029)

d) Convertir al educando en sujeto, no sólo de su propio desarrollo, sino también al servicio del desarrollo de la comunidad: educación para el servicio.

Teniendo en cuenta lo anterior, se enumeran los siguientes criterios:

(Puebla, Conclusiones 1030)

a) La educación católica pertenece a la misión evangelizadora de la Iglesia y debe anunciar explícitamente a Cristo Liberador.

(Puebla, Conclusiones 1031)

b) La educación católica no ha de perder de vista la situación histórica y concreta en que se encuentra el hombre, a saber, su situación de pecado en el orden individual y social. Por consiguiente, se propone formar personalidades fuertes, capaces de resistir al relativismo debilitante y vivir coherentemente las exigencias del bautismo (EC 12).

(Puebla, Conclusiones 1032)

c) La educación católica ha de producir los agentes para el cambio permanente y orgánico que requiere la sociedad de América Latina (Med. Educación II, 8) mediante una formación cívica y política inspirada en la enseñanza social de la Iglesia (Juan Pablo II, Discurso inaugural I 9: AAS 71 p. 195).

(Puebla, Conclusiones 1033)

d) Todo hombre, por ser persona, tiene derecho inalienable a la educación que responda al propio fin, carácter, sexo; acomodada a la cultura y a las tradiciones patrias. Quienes no reciben esta educación deben ser considerados como los más pobres, por lo tanto, más necesitados de la acción educadora de la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 1034)

e) El educador cristiano desempeña una misión humana y evangelizadora. Las instituciones educativas de la Iglesia reciben un mandato apostólico de la Jerarquía.

(Puebla, Conclusiones 1035)

f) La familia es la primera responsable de la educación. Toda tarea educadora debe capacitarla a fin de permitirle ejercer esa misión.

(Puebla, Conclusiones 1036)

g) La Iglesia proclama la libertad de enseñanza, no para favorecer privilegios o lucro particular, sino como un derecho a la verdad de las personas y comunidades.

Al mismo tiempo, la Iglesia se presenta dispuesta a colaborar en el quehacer educativo de nuestra sociedad pluralista.

(Puebla, Conclusiones 1037)

h) De acuerdo con los dos principios anteriores, el Estado debería distribuir equitativamente su presupuesto con los demás servicios educativos no estatales a fin de que los padres, que también son contribuyentes, puedan elegir libremente la educación para sus hijos.

(Puebla, Conclusiones 1038)

4.3. Sugerencias pastorales

- Fomentar, en unión con los agentes de pastoral familiar, la responsabilidad de la familia especialmente de los padres en todos los aspectos del proceso educativo.

(Puebla, Conclusiones 1039)

- Reafirmar eficazmente, sin olvidar otras responsabilidades de la Iglesia en el campo educativo, la importancia de la escuela católica en todos los niveles, favoreciendo su democratización y transformándola, según las orientaciones del Documento de la Sagrada Congregación para la Educación Católica, en:

- Instancia efectiva de asimilación crítica, sistemática e integradora del saber y de la cultura en general;

- Lugar más apto para el diálogo entre la fe y la ciencia;

- Ambiente privilegiado que favorezca y estimule el crecimiento en la fe, lo que no depende sólo de los cursos programados de religión;

- Alternativa válida para el pluralismo educacional.

(Puebla, Conclusiones 1040)

- Ayudar a religiosos y religiosas educadores, especialmente jóvenes, a redescubrir y profundizar el sentido pastoral de su trabajo en la escuela, según su propio carisma, prestándoles apoyo en tan difícil tarea.

(Puebla, Conclusiones 1041)

- Promover al educador cristiano, especialmente laico, para que asuma su pertenencia y ubicación en la Iglesia, como llamado a participar de su misión evangelizadora en el campo de la educación.

(Puebla, Conclusiones 1042)

- Dar prioridad en el campo educativo a los numerosos sectores pobres de nuestra población, marginados material y culturalmente, orientando preferentemente hacia ellos, de acuerdo con el Ordinario del lugar, los servicios y recursos educativos de la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 1043)

- Igualmente es prioritaria la educación de líderes y agentes de cambio.

(Puebla, Conclusiones 1044)

- Acompañar la alfabetización de los grupos marginales con acciones educativas que los ayuden a comunicarse eficazmente; tomar conciencia de sus deberes y derechos; comprender la situación en que viven y discernir sus causas; capacitarse para organizarse en lo civil, lo laboral y político y poder así participar plenamente en los procesos decisorios que les atañen.

(Puebla, Conclusiones 1045)

- Sin descuidar los compromisos educativos escolares actuales, es urgente responder con generosidad e imaginación a los retos que enfrenta hoy y enfrentará en el futuro la Iglesia de América Latina. Estas nuevas formas de acción educativa no pueden ser fruto de la veleidad o la improvisación, sino que requieren suficiente capacitación en sus agentes y basarse en diagnósticos objetivos de las necesidades, así como en el inventario y la evaluación de sus propios recursos. Sería aconsejable el empleo de los métodos participativos.

(Puebla, Conclusiones 1046)

- Promover la educación popular (educación informal) para revitalizar nuestra cultura popular, alentando ensayos que por medio de la imagen y el sonido hagan creativamente manifiestos los valores y símbolos hondamente cristianos de la cultura latinoamericana.

(Puebla, Conclusiones 1047)

- Estimular la comunidad civil en todos sus sectores para lo cual es necesario instaurar un diálogo franco y receptivo a fin de que asuma sus responsabilidades educativas y logre transformarse, junto con sus instituciones y recursos, en una auténtica «ciudad educativa».

(Puebla, Conclusiones 1048)

- Promover la coordinación de tareas, agentes e instituciones educativas en la acción pastoral de la Iglesia particular por medio de un organismo competente dependiente del Obispo, que tendrá a su cargo funciones de planeamiento y evaluación. Es necesaria una evaluación objetiva de actividades, obras y situaciones que pueda llevar a una mejor utilización de los recursos, modificando, suprimiendo o creando instituciones o programas.

(Puebla, Conclusiones 1049)

- Elaborar, sobre todo a nivel de comisiones episcopales, la doctrina o teoría educativa cristiana, basada en las enseñanzas de la Iglesia y en la experiencia pastoral. Ello permitiría examinar, a la luz de dicha doctrina, los principios objetivos y los métodos de los sistemas educativos vigentes para interpretarlos adecuadamente y evaluar críticamente sus resultados. Partiendo de esta teoría, es urgente la elaboración de un proyecto educativo cristiano a nivel nacional o continental en el que se han de inspirar, luego, los idearios concretos de las distintas instituciones educativas.

(Puebla, Conclusiones 1050)

4.4. Universidades

En los últimos diez años se experimenta una enorme demanda de enseñanza superior, con el ingreso en masa de los jóvenes latinoamericanos a las universidades motivado en gran parte por el desarrollo acelerado de nuestros países. Este hecho ha manifestado el grave problema de la incapacidad del sistema educativo y social para poder satisfacer todas las demandas; esta incapacidad deja frustrados a millares de jóvenes, porque muchos no entran a la universidad y porque muchos egresados no encuentran empleo.

(Puebla, Conclusiones 1051)

La secularización de la cultura y los progresos de la tecnología y de los estudios antropológicos y sociales ponen una serie de interrogantes sobre el hombre, sobre Dios y sobre el mundo. Esto produce confrontaciones entre ciencia y fe, entre la técnica y el hombre, especialmente para los creyentes.

(Puebla, Conclusiones 1052)

Las ideologías en boga saben que las universidades son un campo propicio para su infiltración y para obtener el dominio en la cultura y en la sociedad.

(Puebla, Conclusiones 1053)

La universidad debe formar verdaderos líderes, constructores de una nueva sociedad, y esto implica, por parte de la Iglesia, dar a conocer el mensaje del Evangelio en este medio y hacerlo eficazmente, respetando la libertad académica, inspirando su función creativa, haciéndose presente en la educación política y social de sus miembros, iluminando la investigación científica.

(Puebla, Conclusiones 1054)

De ahí la atención que todos debemos dar al ambiente intelectual y universitario. Se puede decir que se trata de una opción clave y funcional de la evangelización, porque, de lo contrario, perdería un lugar decisivo para iluminar los cambios de estructuras.

(Puebla, Conclusiones 1055)

Como los resultados no pueden medirse a corto plazo, podría quedar la impresión de fracaso y de ineficacia. Con todo, esto no debe disminuir la esperanza y el empeño de los cristianos que trabajan en el campo universitario, pues a pesar de las dificultades, colaboran en la misión evangelizadora de la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 1056)

Es importante la evangelización del mundo universitario (docentes, investigadores y estudiantes) mediante oportunos contactos y servicios de animación pastoral en instituciones no eclesiales de educación superior.

(Puebla, Conclusiones 1057)

De modo especial se debe decir que la universidad católica, vanguardia del mensaje cristiano en el mundo universitario, está llamada a un servicio destacado a la Iglesia y a la sociedad.

(Puebla, Conclusiones 1058)

En un mundo pluralista no es fácil sostener su identidad. Cumplirá con su función, en cuanto católica, encontrando «su significado último y profundo en Cristo, en su mensaje salvífico que abarca al hombre en su totalidad» (Juan Pablo II, Alocución Universitarios 2: AAS 71 p. 236). En cuanto universidad procurará sobresalir por la seriedad científica, el compromiso con la verdad, la preparación de profesionales competentes para el mundo del trabajo y por la búsqueda de soluciones a los más acuciantes problemas de América Latina.

(Puebla, Conclusiones 1059)

Su primordial misión educadora será promover una cultura integral capaz de formar personas que sobresalgan por sus profundos conocimientos científicos y humanísticos; por su «testimonio de fe ante el mundo» (GE 10); por su sincera práctica de la moral cristiana y por su compromiso en la creación de una nueva América Latina más justa y fraterna. Contribuirá, así, activa y eficazmente, a la creación y renovación de nuestra cultura transformada con la fuerza evangélica, en que lo nacional, lo humano y lo cristiano logren la mejor armonización.

(Puebla, Conclusiones 1060)

Además del diálogo de las diferentes disciplinas entre sí y especialmente con la teología, de la búsqueda de la verdad como trabajo común entre profesores y estudiantes, de la integración y la participación de todos en la vida y quehacer universitario, cada cual según su competencia, debe la misma universidad católica ser ejemplo de cristianismo vivo y operante. En su ámbito todos los miembros de los diversos niveles- aun aquellos que sin ser católicos aceptan y respetan estos ideales-, deben formar una «familia universitaria» (Juan Pablo II, Alocución Universitarios 3: AAS 71 p. 237).

(Puebla, Conclusiones 1061)

En esta misión de servicio, la universidad católica deberá vivir en un continuo auto -análisis y hacer flexible su estructura operacional para responder al reto de su región o nación, mediante el ofrecimiento de carreras cortas especializadas, educación continuada para adultos, extensión universitaria con oferta de oportunidades y servicios para grupos marginados y pobres.

(Puebla, Conclusiones 1062)


5. Comunicación social

La evangelización, anuncio del Reino, es comunicación: por tanto, la comunicación social debe ser tenida en cuenta en todos los aspectos de la transmisión de la Buena Nueva.

(Puebla, Conclusiones 1063)

La Comunicación como acto social vital nace con el hombre mismo y ha sido potenciada en la época moderna mediante poderosos recursos tecnológicos. Por consiguiente, la evangelización no puede prescindir, hoy en día, de los medios de comunicación.

(Puebla, Conclusiones 1064)

5.1. Situación

Visión de la realidad en América Latina

La comunicación social surge como una dimensión amplia y profunda de las relaciones humanas, mediante la cual el hombre, individual y colectivamente, al paso que se interrelaciona en el mundo, se expone al influjo de la civilización audio -visual y a la contaminación de la «polución vibrante».

(Puebla, Conclusiones 1065)

Por la diversidad de medios existentes (radio, televisión, cine, prensa, teatro, etc.), que actúan en forma simultánea y masiva, la comunicación social incide en toda la vida del hombre y ejerce sobre él de manera consciente o subliminal, una influencia decisiva.

(Puebla, Conclusiones 1066)

La comunicación social se encuentra condicionada por la realidad socio -cultural de nuestros países y a su vez ella constituye uno de los factores determinantes que sostiene dicha realidad.

(Puebla, Conclusiones 1067)

Reconocemos que los Medios de Comunicación Social son factores de comunión y contribuyen a la integración latinoamericana así como a la expansión y democratización de la cultura; contribuyen también al esparcimiento de las gentes que viven especialmente fuera de los centros urbanos; aumentan las capacidades perceptivas por el estímulo visual -auditivo, de penetración sensorial.

(Puebla, Conclusiones 1068)

No obstante los aspectos positivos señalados, debemos denunciar el control de estos Medios de Comunicación Social y la manipulación ideológica que ejercen los poderes políticos y económicos que se empeñan en mantener el «statu quo» y aun en crear un orden nuevo de dependencia -dominación o, al contrario, en subvertir este orden para crear otro de signo opuesto. La explotación de las pasiones, los sentimientos, la violencia y el sexo, con fines consumistas, constituyen una flagrante violación de los derechos individuales. Igual violación se presenta con la indiscriminación de los mensajes, repetitivos o subliminales, con poco respeto a la persona y principalmente a la familia.

(Puebla, Conclusiones 1069)

Los periodistas no siempre se muestran objetivos y honestos en la transmisión de noticias, de manera que son ellos mismos los que a veces manipulan la información, callando, alterando o inventando el contenido de la misma, con gran desorientación para la opinión pública.

(Puebla, Conclusiones 1070)

El monopolio de la información, tanto de parte de los gobiernos como de parte de los intereses privados, permite el uso arbitrario de los medios de información y da lugar a la manipulación de mensajes de acuerdo con los intereses sectoriales. Es particularmente grave el manejo de la información que sobre nuestros países o con destino a los mismos, hacen empresas e intereses transnacionales.

(Puebla, Conclusiones 1071)

La programación, en gran parte extranjera, produce transculturación no participativa e incluso destructora de valores autóctonos; el sistema publicitario tal como se presenta y el uso abusivo del deporte en cuanto elemento de evasión, los hace factores de alienación; su impacto masivo y compulsivo puede llevar al aislamiento y hasta la desintegración de la comunidad familiar.

(Puebla, Conclusiones 1072)

Los Medios de Comunicación Social se han convertido muchas veces en vehículo de propaganda del materialismo reinante pragmático y consumista y crean en nuestro pueblo falsas expectativas, necesidades ficticias, graves frustraciones y un afán competitivo malsano.

(Puebla, Conclusiones 1073)

Visión de la realidad en la Iglesia de América Latina

Existe en la Iglesia de América Latina una cierta percepción de la importancia de la comunicación social, pero no como hecho global, que afecta todas las relaciones humanas y a la misma pastoral y del lenguaje específico de los medios.

(Puebla, Conclusiones 1074)

La Iglesia ha sido explícita en la doctrina referente a los Medios de Comunicación Social publicando numerosos documentos sobre la materia, aunque se ha tardado en llevar a la práctica estas enseñanzas.

(Puebla, Conclusiones 1075)

Hay insuficiente aprovechamiento de las ocasiones de comunicación que se dan a la Iglesia en los medios ajenos y utilización incompleta de sus propios medios o de los influenciados por ella; además, los medios propios no están integrados entre sí ni en la pastoral de conjunto.

(Puebla, Conclusiones 1076)

Salvo contadas excepciones, no existe todavía en la Iglesia de América Latina una verdadera preocupación para formar al pueblo de Dios en la comunicación social; capacitarlo para tener una actitud crítica ante el bombardeo de los Mass Media y para contrarrestar el impacto de sus mensajes alienantes, ideológicos, culturales y publicitarios. Situación que se agrava por el poco uso que se hace de los cursos organizados en esta área, escaso presupuesto asignado a los Medios de Comunicación Social en función evangelizadora y descuido de la atención que se debe a propietarios y técnicos de dichos Medios.

(Puebla, Conclusiones 1077)

Es preciso mencionar aquí como fenómeno altamente positivo el rápido desarrollo de los Medios de Comunicación Grupal (MCG) y de los pequeños medios con una producción siempre creciente de material para la evangelización y con un empleo cada día mayor de este medio por los agentes de pastoral, propiciando, así, un acertado crecimiento de la capacidad de diálogo y de contacto.

(Puebla, Conclusiones 1078)

La Iglesia de América Latina ha hecho en los últimos años muchos esfuerzos en favor de una mayor comunicación en su interior. Sin embargo, en muchos casos, lo realizado hasta ahora no responde plenamente a las exigencias del momento. El flujo de experiencia y opiniones legítimas, como expresión pública de pareceres en el interior de la Iglesia, se reduce a manifestaciones esporádicas y por tanto insuficientes, que tienen poca influencia en la totalidad de la comunidad eclesial.

(Puebla, Conclusiones 1079)

a) Integrar la comunicación en la pastoral de conjunto.

(Puebla, Conclusiones 1080)

b) Dentro de las tareas para realizar en este campo, dar prioridad a la formación en la comunicación social, tanto del público en general como de los agentes de pastoral a todos los niveles.

(Puebla, Conclusiones 1081)

5.2. Opciones

Criterios

c) Respetar y favorecer la libertad de expresión y la correlativa de información, presupuestos esenciales de la comunicación social y de su función en la sociedad, dentro de la ética profesional, conforme a la exhortación Communio et Progressio.

(Puebla, Conclusiones 1082)

Propuestas pastorales

A la luz de la problemática latinoamericana y teniendo en cuenta el fenómeno de la Comunicación Social y sus implicaciones en la evangelización, cabe formular las siguientes propuestas pastorales:

(Puebla, Conclusiones 1083)

a) Urge que la Jerarquía y los agentes pastorales en general conozcamos, comprendamos y experimentemos más profundamente el fenómeno de la Comunicación Social, a fin de que se adapten las respuestas pastorales a esta nueva realidad e integremos la comunicación en la Pastoral de Conjunto.

(Puebla, Conclusiones 1083)

b) Para ser efectiva la articulación de la Pastoral de la Comunicación con la Pastoral Orgánica, es necesario crear donde no existe y potenciar donde lo hay, un Departamento u organismo específico (nacional y diocesano) para la Comunicación Social e incorporarlo en las actividades de todas las áreas pastorales.

(Puebla, Conclusiones 1084)

c) La tarea de formación en el campo de la Comunicación Social es una acción prioritaria. Por tanto, urge formar en este campo a todos los agentes de la evangelización.

Para los aspirantes al sacerdocio y a la vida religiosa es necesario que esta formación se integre en los planes de estudios y de formación pastoral.

Para los sacerdotes, religiosos, religiosas, agentes de pastoral y para los mismos responsables de los organismos nacionales y diocesanos de Pastoral de Comunicación Social, es necesario programar sistemas de formación permanente.

Especial atención merecen los profesionales de la comunicación y la formación más adecuada de los que cubren la información religiosa.

(Puebla, Conclusiones 1085)

d) Cada Iglesia particular dentro de las normas litúrgicas, disponga la forma más adecuada para introducir en la liturgia, que es en sí misma comunicación, los recursos de sonido e imagen, los símbolos y formas de expresión más aptos para representar la relación con Dios, de forma que se facilite una mayor y más adecuada participación en los actos litúrgicos.

(Puebla, Conclusiones 1086)

Recomiéndase un esmerado manejo del sonido en los lugares del culto.

(Puebla, Conclusiones 1087)

e) Educar al público receptor para que tenga una actitud crítica ante el impacto de los mensajes ideológicos, culturales y publicitarios que nos bombardean continuamente con el fin de contrarrestar los efectos negativos de la manipulación y de la masificación.

(Puebla, Conclusiones 1088)

Se recomienda a los organismos eclesiales que operan a escala continental (UNDA, OCIC, UCLAP) dedicar una especial atención a la formación del público receptor así como de las personas antes mencionadas.

(Puebla, Conclusiones 1089)

f) Sin descuidar la necesaria y urgente presencia de los medios masivos, urge intensificar el uso de los Medios de Comunicación Grupal (MCG) que, además de ser menos costosos y de más fácil manejo, ofrecen la posibilidad del diálogo y son más aptos para una evangelización de persona a persona que suscite adhesión y compromiso verdaderamente personales.

(Puebla, Conclusiones 1090)

g) La Iglesia, para una mayor eficacia en la transmisión del Mensaje, debe utilizar un lenguaje actualizado, concreto, directo, claro y a la vez cuidadoso. Este lenguaje debe ser cercano a la realidad que afronte el pueblo, a su mentalidad y a su religiosidad, de modo que pueda ser fácilmente captado; para lo cual es necesario tener en cuenta los sistemas y recursos del lenguaje audio -visual propio del hombre de hoy.

(Puebla, Conclusiones 1091)

h) La Iglesia, a fin de iluminar por el Evangelio el acontecer cotidiano y acompañar al hombre latinoamericano sobre la base del conocimiento de su quehacer diario y de los acontecimientos que influyen sobre él, debe preocuparse por tener canales propios de información y de noticias que aseguren la intercomunicación y el diálogo con el mundo. Esto es tanto más urgente cuanto que la experiencia muestra las continuas distorsiones del pensamiento y de los hechos de la Iglesia, por parte de las agencias.

(Puebla, Conclusiones 1092)

La presencia de la Iglesia en el mundo de la Comunicación Social exige importantes recursos económicos que deben ser provistos por la comunidad cristiana.

(Puebla, Conclusiones 1093)

i) Conocida la situación de pobreza, marginalidad e injusticia en que están sumidas grandes masas latinoamericanas y de violación de los derechos humanos, la Iglesia, en el uso de sus Medios propios, debe ser cada día más la voz de los desposeídos, aun con el riesgo que ello implica.

(Puebla, Conclusiones 1094)

j) Las limitaciones que hemos tenido en el continente nos fuerzan a ratificar el derecho social a la información con sus correlativas obligaciones dentro de los marcos éticos que impone el respeto a la privacidad de las personas y a la verdad. Estos principios tienen todavía mayor validez al interior de la Iglesia.

(Puebla, Conclusiones 1095)