
“Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta”, escribió una vez San Pío de Pietrelcina.

“Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta”, escribió una vez San Pío de Pietrelcina.