Santoral

El castigo a los angeles rebeldes

Selección de citas bíblicas de Enrique Pardo Fuster
Recopilada y corregida por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

  • Muchos ángeles pecaron y se convirtieron en demonios.
  • Fueron condenados.
  • Los fieles a Dios fueron muchísimos más que los que se revelaron contra Él.
  • Los precipitados al infierno son una tercera parte.
  • Muchos Ángeles buenos pecaron y se convirtieron en demonios.

 “¿Tú crees que hay un sólo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan (Sant. 2, 19). Aclaración. Los ángeles malos están privados del conocimiento afectivo que produce amor, pero no de la simple aprensión de la verdad.

Los Ángeles rebeldes fueron privados de todos los dones gratuitos que habían recibido de Dios en el primer instante de su creación: No existe prueba en la Sagrada Escritura de la cual se pueda deducir esta proposición, pero sí se puede establecer el siguiente argumento basados en la misma: “Se apartaron de su seguimiento, no comprendieron todos sus caminos” (Job 34, 27). Es evidente que los que se apartan de Dios por su pecado, se apartan también de los dones gratuitos y sobrenaturales concedidos por Dios, como son: la gracia, las virtudes y los dones del Espíritu Santo. Estos dones son totalmente incompatibles con el pecado mortal y el de los ángeles fue gravísimo.

Los Ángeles que pecaron no tuvieron posibilidad de hacer penitencia después, para recuperar su felicidad eterna. Así lo afirman comúnmente los teólogos y se basan en las palabras siguientes:Pues si Dios no perdonó a los Ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;... (2 Pe. 2, 4).Aclaración: La razón por la cual Dios no quiso conceder tiempo de penitencia a los ángeles que pecaron sería, quizás, la misma índole de la voluntad angélica adherida firmemente a los decretos de Dios y la mayor malicia del pecado de los ángeles totalmente deliberado y cometido sin tentación interna ni externa.

Los Ángeles, después de su pecado, no fueron redimidos por ninguna de las tres personas divinas. “Pues si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el día del Juicio”(2 Pe. 4). Aclaraciones. Los ángeles pecaron por malicia; el hombre por fragilidad. Los ángeles pecaron sin causa, y el hombre seducido por la mujer y ésta a su vez por la serpiente. Los puestos que los ángeles que pecaron abandonaron en el cielo podrían ser ocupados por los hombres, pero las de los hombres no podían ser ocupados por ninguna criatura inferior.

Dios precipitó a los Ángeles que pecaron en los abismos tenebrosos del infierno, con ligaduras eternas. “Pues si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio” (2 Pe. 2, 4) “Y además que a los ángeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del gran Día (Judas, 6).

Los Ángeles malos fueron excluidos, inmediatamente después de su pecado, de la bienaventuranza y arrojados al infierno eterno. Él les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lc. 18, 10). 2Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25, 41). “Y además que a los ángeles que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los tienen guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del Gran Dios” (Iudae. 6). “Y el Diablo su seductor, fue arrojado al lago del fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por lo siglos de los siglos” (Apoc. 20, 10).

Los Ángeles malos sufren ahora las penas del infierno: Jesús les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lc. 10, 18).Pues si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, precipitándolos en los abismos tenebrosos del Tártaro, los entregó para ser custodiados hasta el Juicio;... (2 Pe. 2, 4). Aclaración: Se deduce claramente que la pena del infierno les fue infligida en tiempo anterior.

Los Ángeles malos padecen intensísimos dolores de orden intelectual y afectivo: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25, 41). Estos dolores de orden intelectual y afectivo se deducen con toda claridad del “apartaos de mí” es decir de la ausencia de Dios; ausencia que les impide poderlo ver y poderlo amar, con lo cual la capacidad de la potencia intelectiva y afectiva quedan sin llenar, es decir, vacías, y este vacío les produce el dolor que se afirma en el enunciado.

Los tormentos de los demonios serán aumentados accidentalmente después del juicio universal. Se deja entrever en el siguiente texto: “Vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie podía pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: ¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?” (Mt. 8, 29).

Las causas de los tormentos de los demonios, aumentadas después del juicio final, serían las siguientes:

a) Ser condenados públicamente
b) Ser privados de la libertad de vagar fuera del infierno para tentar a los hombres
c) Ser privados de la libertad de dañar a los hombres
d) No poder impedir el culto a Dios.