Santoral

El Angel que pecó primero

Selección de citas bíblicas de Enrique Pardo Fuster
Recopilada y corregida por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

  • Los ángeles que pecaron lo hicieron por el mal ejemplo del principal de ellos
  • El que pecó primero fue el más excelente de todos
  • El pecado fue de soberbia
  • Dios halló maldad en los ángeles que pecaron
  • Los Ángeles que pecaron, lo hicieron por el mal ejemplo y persuasión del principal de ellos.

Es doctrina probable deducida de los siguientes textos: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mt. 25, 41). “Les prometen libertad, mientras que ellos son esclavos de la corrupción, pues uno queda esclavo de aquel que le vence” (2 Pe. 2, 19). Esto no quita para que todos pecaran simultáneamente, ya que el ángel no necesita tiempo ni para deliberar, ni para elegir ni para consentir.

El Ángel que primero pecó fue el más excelente de todos: Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra (Apoc. 12, 4). Aclaración. Lucifer fue la causa del pecado de los demás ángeles. Su cola (del dragón) arrastró a la tercera parte, no obligándoles al pecado, sino proponiéndoselo.

El primer pecado de los Ángeles fue principalmente de soberbia: “Vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y tomaron por mujeres a las que preferirían de entre todas ellas” (Gén. 6, 2). Aclaración. Los hijos de Dios cometieron pecados carnales, pero el de los ángeles no pudo ser carnal puesto que, al no tener cuerpo, no pueden cometer los pecados propios de la inclinación natural de la carne. Los Ángeles no constan más que de espíritu, y como nadie puede sentir tendencias que no sean propias de su naturaleza, de aquí que el pecado de los ángeles es relativo a algo propio de la naturaleza espiritual. Esta peca cuando no observa la norma del ser superior, Dios, se deduce finalmente que el primer pecado de los ángeles no pudo ser otro que el de soberbia. “Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo” (Is. 14, 14). Aclaración. Lucifer y sus ángeles apetecieron desordenadamente ser semejantes a Dios, siendo bienaventurados consigo mismos y con su propio bien natural, como Dios lo es.

Dios halló maldad en los Ángeles que pecaron. “Si no se fía de sus mismos servidores, y aún a sus ángeles achaca desvarío.¡cuánto más a los que habitan estas casa de arcilla, ellas mismas hincadas en el polvo!” (Job 4, 18). Aclaración: Los «servidores de Dios» son los ángeles. Estos conservan una debilidad radical en su naturaleza, a pesar de estar tan cerca de Dios.