El ausentismo de los italianos en las dos jornadas de referéndum determinó una victoria para la causa pro-vida: La ley de reproducción asistida que más protege al embrión humano en Europa se mantendrá vigente e invariable.
Se necesitaba una asistencia de al menos la mitad más uno de los votantes italianos para validar el resultado. Sin embargo, la asistencia solo alcanzó el 25,9 por ciento.
Los italianos debían aprobar o rechazar cuatro modificaciones a la legislación vigente que liberalizarían los experimentos de reproducción asistida en desmedro de los derechos del embrión, reconocidos en la normativa original.