Terri Schiavo, la mujer que se ha convertido en el símbolo de una de las batallas pro-vida más intensas de la historia reciente, murió en la mañana del jueves, 13 días después que una corte decidiera que el tubo que la nutría e hidrataba fuera removido.
Terri murió horas después que la Corte Suprema de los Estados Unidos impusiera a sus padres, Bob y Mary Schindler, su última derrota judicial.
Pocos minutos antes que Terri fuera declarada legalmente muerta, su hermano, Bobby Schindler, la describió diciendo que “no es nada agradable verla, les puedo decir eso”.