En el año 2003, según el Ministerio de Sanidad, se ejecutaron cerca de 80 mil abortos en España. El 15,3 por ciento de los embarazos terminó violentamente en un centro abortista. Cerca de 2000 de ellos se ejecutaron a mujeres que se desplazaron desde el extranjero.
García-Valdés aseguró “a las mujeres inmigrantes, carentes de recursos, el Estado les paga el aborto, mediante un concierto con las clínicas abortistas privadas. Nadie les informa de las alternativas, de la posibilidad de ayudas para tener a sus hijos. Un psicólogo certifica que se encuadra en el primer supuesto (salud física o psíquica de la madre) y les practican el aborto, sin dejarles tiempo a pensar, a reflexionar en el paso que van a dar, sin más información”.
Para García-Valdés, “la primera víctima es, por supuesto, el niño no nacido a causa del aborto. Las segundas víctimas, sus madres y sus padres, quienes no tuvieron la suficiente información de las consecuencias de ese acto, ni la suficiente información de las alternativas, de las ayudas, para no abortar”.
Es así que AVA surge en el 2002 como respuesta a la necesidad de dar voz a las personas que se han visto involucradas en un aborto provocado y están sufriendo sus consecuencias. Según García-Valdés, “estas personas, hombres y mujeres, no tuvieron otra alternativa, o no se la ofreció nadie. Creyeron que el aborto era la solución a un embarazo no deseado y ahora saben que se equivocaron”.