A los cinco acusados de abuso sexual contra menores del Instituto Próvolo en Mendoza, Argentina, se sumó la hermana Kosaka Kumiko luego de que fuera arrestada por la denuncia de una menor de 17 años que pertenecía a la institución.

El Instituto Antonio Próvolo se dedica a la atención de niños con problemas de audición y trastornos del lenguaje y está ubicado en Luján de Cuyo.

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En noviembre de 2016 se realizó la primera denuncia de una de las víctimas y tras las investigaciones se han detenido a cinco implicados: los sacerdotes P. Nicolás Corradi (82), P. Horacio Corbacho (55) y los empleados José Luis Ojeda, Armando Gómez y Jorge Bordón.

 

 

La denuncia contra la hermana Kumiko, de la congregación Nuestra Señora del Huerto, fue realizada por una menor de 17 años quien dijo que sufrió el abuso perpetrado por el P. Horacio Corbacho cuando ella tenía cinco años.

El abogado defensor de las víctimas, Sergio Salinas, dijo a los medios que además la religiosa fue imputada por otros dos hechos: "Haber mandado a una víctima a donde estaba Corbacho para que este la abusara y participar de tocamientos con niñas, a las que les pidió que se tocaran entre ellas mientras veía pornografía junto a Jorge Bordón".

Luego de ser detenida el pasado 4 de mayo, la religiosa "declaró que es inocente de todo lo que se la acusa y que es una buena persona dedicada a Dios. Niega los hechos pero no aporta pruebas", dijo el abogado.

En diciembre de 2016, el Arzobispado de Mendoza en Argentina reiteró su "más profundo dolor, indignación y vergüenza" por los hechos y explicó las medidas canónicas tomadas en el caso.

"Rechazamos cualquier acción de abuso contra menores y vulnerables o cualquier tipo de abuso, por considerarlo un grave delito humano, contrario a la fe y más aún cuando el abusador sea clérigo", expresó en esa ocasión.

"Comprendemos y compartimos el sufrimiento de toda la comunidad. Es un gran dolor. Al mismo tiempo los invitamos a unirnos para poder transitar este momento en busca de la verdad, la justicia y la paz y para procurar el mejor acompañamiento de quienes se sienten más dañados".

El comunicado precisó que de haber contado con antecedentes de lo que estaba sucediendo habrían "actuado inmediatamente" y afirmaron su "compromiso de cooperación con la justicia".

Entre otras medidas, la arquidiócesis se comunicó vía telefónica con los Superiores de la Congregación del Instituto Próvolo, residentes en Verona, Italia, para "iniciar el proceso canónico que a ellos les corresponde".

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