Durante el Angelus que pronunció al finalizar la solemne Misa en la explanada del Santuario de Lourdes, el Papa Juan Pablo II dirigió especiales palabras a los jóvenes, recordándoles que el cristianismo es la fuente de la vida.
El Pontífice saludó de manera especial a los jóvenes peregrinos y voluntarios, y recordó “con emoción mis encuentros sostenidos en Francia con los jóvenes: el primero en París, después en Lyon, en Strasburgo y finalmente nuevamente en París para la ornada Mundial de la Juventud”.
“Estos encuentros me han dado una gran esperanza, que hoy quiero compartir con ustedes, queridos jóvenes amigos. ¡Poneos en la escuela de María y llevaréis al mundo una corriente de esperanza!”