El Papa Francisco salió esta noche de la Nunciatura Apostólica donde se aloja en México y, sin percatarse al principio, habló en italiano a los fieles presentes pidiendo rezarle a la Virgen María para que "nos acompañe en el camino de la vida".

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Cuando cayó en cuenta de que no estaba en Roma, donde suele hablar en italiano, Francisco animó a los mexicanos a "rezarle a la Virgen para que nos acompañe en el camino de la vida, en los momentos difíciles, en los momentos más dolorosos, vamos a rezarle a la Virgen todos juntos para que nos cuide mucho".

El Papa rezó luego un Ave María con todos los presentes y terminó el breve encuentro con la bendición.

"Y les pido que recen por mí, no se olviden. Que pasen una buena noche, que descansen, hasta mañana si Dios quiere", concluyó.

Antes de volver a la Nunciatura el Papa saludó a algunos niños, a quienes además les obsequió un rosario como suele hacer.

El Santo Padre terminó así una agotadora jornada que incluyó una multitudinaria Misa en San Cristóbal de las Casas con las comunidades indígenas, un almuerzo con algunos de estos representantes, un encuentro con las familias en Tuxtla Gutiérrez -también en el estado de Chiapas- para luego volver a Ciudad de México. 

Para los traslados entre las ciudades el Papa debió tomar un avión y un helicóptero, además del extenso recorrido en diversas oportunidades en los papamóviles abiertos.