13 de junio de 2004 / 09:27 AM
En la tercera parte de su columna titulada “La Bendición de una vida casta”, el Obispo de Phoenix, Mons. Thomas J. Olmsted, se refirió a los obstáculos que enfrentan las personas homosexuales para alcanzar la santidad y afirmó que las “nociones confusas sobre moral, libertad y matrimonio” y una “visión reduccionista de la persona” son los principales problemas.
El Prelado presentó como la primera dificultad para los homosexuales la “confusión intelectual sobre si la actividad sexual fuera del matrimonio es siempre mala” y explicó que “durante los últimos años, un sector de la cultura popular ha montado un esfuerzo concertado en persuadir la opinión pública de que las relaciones entre las personas del mismo sexo –y efectivamente, toda clase de relaciones sexuales fuera del matrimonio– son normales y moralmente neutrales (¡o incluso moralmente beneficiosas!)”.
“Cualquier persona que pone en duda estas aserciones tiene el gran riesgo de ser clasificada como homofóbica u otro calificación derogatoria”, afirmó el Obispo y agregó que “según el punto de vista moderno, una moralidad basada en la verdad y en las normas objetivas, debe ser reemplazada por una “moralidad” basada en los deseos. Los sentimientos, y no la verdad, vienen a ser el criterio para juzgar si algo está bien ó está mal”.