Ante la retirada de la reforma de la ley del aborto, Mons. Julián Ruiz Martorell, Obispo de Huesca y Jaca (España), ha enviado una carta pastoral titulada "Sí a la vida", en la que pide oraciones por la defensa del no nacido y por eso recuerda que es "urgente construir entre todos una nueva cultura de la vida".

 

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"La luz de la razón es suficiente para reconocer el valor inviolable de cualquier vida humana. La vida es siempre un bien, un bien original, diverso, con valor incomparable. La vida humana está dotada de una altísima dignidad porque en el ser humano se refleja la realidad misma de Dios", explica en la carta. 

 

Mons. Ruiz Martorell también precisa que la vida humana es un don precioso de Dios "es su regalo, su imagen e impronta, participación de su soplo vital" y "es sagrada", por lo tanto "la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral".

 

El Prelado recuerda que "a los cristianos nos corresponde la histórica tarea de ser anunciadores incansables del Evangelio de la vida, para ser verdaderamente un pueblo al servicio de la vida, con constancia y valentía".

 

La "formación de la conciencia moral sobre el valor inconmensurable e inviolable de toda vida humana" es, según el Obispos de Huesca y Jaca, el primer paso. "El cambio cultural exige la decisión de asumir un nuevo estilo de vida que nos haga pasar de la indiferencia al interés por el otro y del rechazo a su acogida", ha precisado.

 

Por eso Mons. Ruiz Martorell ha recordado que "es urgente una gran oración por la vida" y ha subrayado que "es necesario que desde el corazón de cada creyente, desde las familias, desde los grupos y asociaciones, desde las parroquias, desde las comunidades cristianas, se eleve una súplica apasionada a Dios, Creador y amante de la vida". 

 

Ha recodado unas palabras de San Juan Pablo II a las mujeres que han recurrido al aborto: "La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática", y ha asegurado que probablemente para estas mujeres "la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad".