La Catedral del Inmaculado Corazón de María, en Las Cruces (Estados Unidos), se ha convertido en el hogar por seis semanas de 36 inmigrantes –mayormente niños y adolescentes–, enviados por la patrulla fronteriza del país.

Según se informó, estas personas provienen de Centroamérica y no se encuentran en calidad de detenidos sino de resguardados, tal como dispuso el Departamento de Seguridad Interna, el cual decidió que sean instalados en la Catedral para reunificarlos con sus familias, aunque posteriormente serán repatriados a sus países.

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Los migrantes proceden de El Paso, Texas. Inicialmente iban a ser enviados 82 personas, pero al final fueron llevados 36 personas, que además de los menores, incluye a madres y familias.

Al llegar, los inmigrantes recibieron los donativos de los voluntarios católicos e instalados en sus nuevas habitaciones.

Un grupo numeroso de voluntarios católicos gestionó donativos para tener con qué asistir a los migrantes y además procedió a habilitar un salón, con camas individuales y otros accesorios.