Al celebrar la Misa esta mañana en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió que las riquezas y las preocupaciones del mundo "sofocan la Palabra de Dios".
Al referirse a la Parábola del Sembrados, el Santo Padre remarcó que "las riquezas y las preocupaciones del mundo - se explica aquí – sofocan la Palabra de Dios y no la dejan crecer. Y la Palabra muere, porque no es custodiada: es sofocada".
"En aquel caso se sirve a la riqueza o se sirve a la preocupación, pero no se sirve a la Palabra de Dios".
El Papa señaló que la Parábola también "tiene un sentido temporal", pues las riquezas y preocupaciones "simplemente nos quitan tiempo".
Francisco indicó que la vida humana está fundada sobre tres columnas, una en el pasado, una en el presente y otra en el futuro.
La del pasado, dijo, "es aquella de la elección del Señor", pues cada uno de nosotros puede decir que el Señor "me ha elegido, me ha amado", y que con el Bautismo "me ha elegido para ir por un camino, el camino cristiano".
El futuro en cambio, dijo, concierne al "caminar hacia una promesa", pues el Señor "ha hecho una promesa con nosotros".
El presente, añadió, "es nuestra respuesta a este Dios tan bueno que me ha elegido".
Estas tres columnas, "elección, alianza y promesa", dijo el Papa, son las de "toda la historia de la Salvación".
"Pero cuando nuestro corazón entra en esto que Jesús nos explica, corta el tiempo: corta el pasado, corta el futuro, y se funde en el presente. A aquel que es apegado a las riquezas, no importa el pasado ni el futuro, tiene todo ahí".
El Santo Padre advirtió que "la riqueza es un ídolo. No tengo necesidad de un pasado, de una promesa, de una elección: nada. Quien se preocupa de qué cosa puede suceder, corta su relación con el futuro – 'Pero, ¿puede funcionar todo esto?' – y el futuro se vuelve futurible, pero no, no te orienta a ninguna promesa: permanece confuso, permanece solo".
Por eso, dijo el Papa, Jesús nos señala que o se sigue el Reino de Dios o a las riquezas y preocupaciones del mundo.
Con el Bautismo, agregó, "hemos sido elegidos en amor" por Él, tenemos un "Padre que nos ha puesto en camino".
Francisco dijo que de esa forma "también el futuro es gozoso", porque "caminamos hacia una promesa".
El Señor "es fiel, Él no desilusiona" y por tanto también nosotros estamos llamados a hacer "aquello que podemos" sin desilusión, "sin olvidar que tenemos un Padre que en el pasado nos ha elegido".
Las riquezas y preocupaciones, indicó Francisco, "nos hacen olvidar nuestro pasado", y nos hacen vivir como si no tuviésemos un Padre, al mismo tiempo que hacer que nuestro presente sea "un presente que no funciona".
"Olvidar el pasado, no aceptar el presente, desfigurar el futuro: esto es lo que hacen las riquezas y las preocupaciones".
El Papa recordó que "el Señor nos dice: 'Pero, ¡tranquilos! Busquen el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se les dará por añadidura'".
"Pidamos al Señor la gracia de no equivocarnos con las preocupaciones, con la idolatría de la riqueza y recordar siempre que tenemos un Padre, que nos ha elegido; recordar que este Padre nos promete una cosa buena, que es caminar hacia aquella promesa y tener el valor de aceptar el presente como viene. ¡Pidamos esta gracia al Señor!", concluyó.