Tras conocer la noticia de la muerte, a los 83 años de edad, del Cardenal Josef Glemp, que fue Arzobispo de Varsovia y Primado de Polonia entre 1992 y 2006, el Papa Benedicto XVI señaló que el Purpurado era un hombre justo de profundo amor a Dios y que ayudó mucho en los tiempos difíciles para su país y toda Europa.

En un telegrama enviado al actual Arzobispo de Varsovia, Cardenal Kazimierz Nycz, el Papa recuerda el lema episcopal del fallecido Cardenal: Caritatis in iustitia (Por la caridad en la justicia), que lo "ha acompañado durante toda la existencia y ha caracterizado su forma de pensar, de valorar, de elegir, de tomar decisiones y de ofrecer las líneas de la acción pastoral".

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Del Cardenal Glemp el Papa afirma que "era un ‘hombre justo’ en el espíritu de San José, su patrono, y de aquellos que en la tradición bíblica han sabido escuchar la voz de la llamada de Dios dirigida no solo personalmente a ellos, sino también a las comunidades a las que habían sido enviados".

"Esa justicia, rica de la humilde adhesión a la voluntad de Dios, fue la base de su profundo amor por Dios y por el ser humano, que era la luz, la inspiración y la fuerza en el difícil ministerio de guía de la Iglesia en una época en la que significativos cambios sociales y políticos afectaban a Polonia y a Europa", añade.

Benedicto XVI resalta además que "el amor de Dios y de la Iglesia, la atención a la vida y la dignidad de toda persona, hicieron de él un apóstol de la unidad contra la división, de la concordia frente al enfrentamiento, de la construcción común de un futuro feliz sobre la base de las experiencias pasadas, gozosas y dolorosas, de la Iglesia y del pueblo".

"Prosiguiendo la obra del Cardenal Stefan Wyszynski, en constante comunión y vínculo espiritual con el papa Juan Pablo II, con gran prudencia resolvía tantas cuestiones y problemas en la vida política, social y religiosa de los polacos. Confiando en la Divina Providencia, miraba con optimismo hacia el nuevo milenio, en el que le fue dado introducir a la comunidad de creyentes en Polonia".

El Santo Padre recuerda luego que el Cardenal Glemp "en la última etapa de su vida estuvo probado por el sufrimiento que soportaba con serenidad de espíritu. También en esta prueba siguió siendo testigo de la confianza en la bondad y el amor de Dios omnipotente".

Para concluir, el Papa asegura que "personalmente he apreciado siempre su bondad sincera, su sencillez, su apertura y su dedicación cordial a la causa de la Iglesia en Polonia y en el mundo. Permanecerá así en mi recuerdo y en mi oración. ¡Que el Señor lo reciba en su gloria!".

El Cardenal Jozef Glemp lideró a la Iglesia Católica en Polonia en la transición del comunismo a la democracia. Se vio obligado a trabajar en una granja alemana durante la ocupación nazi y tras la Segunda Guerra Mundial comenzó sus estudios religiosos, con los que continuó en Roma hasta 1964.

A su regreso a Polonia se convirtió en uno de los más estrechos colaboradores del Cardenal Stefan Wyszynski, una figura clave de la Guerra Fría especialmente en las relaciones entre la Iglesia Católica y el régimen comunista.

Entre 1981 y 2004, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia. Glemp renunció en 2004, después de haber sufrido numerosos problemas de salud y de que le diagnosticaran un cáncer de pulmón.

Para conocer más de la vida del Cardenal Glemp, ingrese a: http://www.aciprensa.com/Cardenales/glemp.htm