El Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, afirmó que el Año de la Fe convocado por el Papa Benedicto XVI es una oportunidad para combatir el relativismo culturar que ha plagado la sociedad moderna, y que ha llevado a muchos en la Iglesia a negar la enseñanza católica sobre materias muy importantes.

En declaraciones a ACI Prensa, Mons. Chaput señaló que “la respuesta apropiada al relativismo es la fe, donde ya no eres el centro del universo, ya no eres quien decide lo que es verdad, sino que te comprometes en la fe a la verdad de Dios”.

Entre los mayores retos actuales que está enfrentando la Iglesia en Estados Unidos, está el llegar a “quienes dicen que son católicos pero no creen en lo que la Iglesia Católica enseña”, dijo el Arzobispo.

“Lo más difícil es convencerlos de que necesitan cambiar”, indicó.
Mons. Chaput criticó que “mucha gente piensa simplemente que ya son católicos, y creen que tienen derecho a decidir por ellos mismos qué es católico y qué no lo es”.

“No hemos llegado a ellos porque ellos piensan que no necesitan que lleguemos a ellos”, lamentó.

El Arzobispo de Filadelfia indicó que esa situación es común “entre todos nosotros. Aquellos que más necesitan convertirse son los que piensan que no necesitan convertirse”.

“Es más fácil para la Iglesia convencer a las personas que no son católicos de la verdad del catolicismo, que convencer a católicos que no son verdaderos creyentes que deben cambiar”, señaló.

Para Mons. Chaput, la raíz del problema “es el relativismo cultural del que el Papa Benedicto XVI habla todo el tiempo”, que ha “infectado profundamente” la vida del país y a mucha gente en la Iglesia.

“Creo que ese es el resultado de la pobre catequesis por un par de generaciones”, dijo el Prelado, explicando que la gente genuinamente cree que ellos pueden “decidir por sí mismos qué significa ser católico”.

Sin embargo, el Arzobispo ve varias oportunidades entre los desafíos.
“Creo que el Santo Padre nos ha dado un extraordinario marco en el que evangelizar, el Año de la Fe”, dijo, e indicó que es “un acto de la providencia de Dios que él declarara este periodo un tiempo para este propósito”.

El Año de la Fe fue convocado por el Papa Benedicto XVI. Comenzó el 11 de octubre de 2012 y culminará el 24 de noviembre de 2013.

Durante este año, el Papa ha pedido a los católicos que estudien y reflexionen en el catecismo y los documentos del Concilio Vaticano II, para profundizar en la fe y ser testimonio para otros.

Mons. Chaput describió al Año de la Fe como una bendición tremenda para la Iglesia en Estados Unidos, que enfrenta desafíos en la cultura, y está esperanzado porque los Obispos estadounidenses están cada vez más preocupados por los problemas del relativismo cultural y la necesidad de confrontarlo.

“Por mucho tiempo, ni siquiera hablábamos de esto como un problema”, indicó, “y tú podías ver que se introducía en la Iglesia por todas partes”.

Esta nueva preocupación por parte de los Obispos, junto con el llamado a la conversión y el testimonio que es parte del Año de la Fe, ofrece una oportunidad para la Iglesia en Estados Unidos para renovarse y crecer más fuerte, dijo.

Mons. Chaput tamhién destacó el trabajo de los laicos católicos, que son sinceros en su participación en el Año de la Fe, y que deben alentar a sus pastores “para desarrollar programas en las parroquias para promover la Nueva Evangelización”.

“Porque a veces, los sacerdotes podrían pensar que nadie está interesado en eso”, dijo.

“Los laicos en general piensan que si el Obispo presiona a los sacerdotes, se hará”, señaló, pero “mi experiencia es que también requiere que las personas en las bancas empujen desde la otra dirección para conseguir la atención de los sacerdotes”.

El Arzobispo de Filadelfia indicó que esto implica no sólo pedirle a los sacerdotes que hagan cosas, sino que los laicos voluntarios deben hacerlas por sí mismos.

“Si ellos hacen eso, creo que vamos a tener cambios grandes”, aseguró.