El 24 de noviembre próximo en la ciudad de Macas, capital de la provincia ecuatoriana de Morona Santiago, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidirá la beatificación de Sor Maria Troncatti, de las Hijas de María Auxiliadora, misionera italiana que pasó gran parte de su vida en el Ecuador.

Además del delegado pontificio estarán presentes los superiores Salesianos de América Latina y otros representantes de la familia salesiana.

La hermana Maria Troncatti, misionera a “tiempo completo” en la parte oriental del país, es reflejo de la acción misionera que la familia salesiana realizó en la zona.

Las ciudades de Macas, Méndez y Sucúa deben todo lo que son actualmente a los padres salesianos: los misioneros de San Juan Bosco asentaron las bases para la formación de los primeros colonos, incluida la educación del pueblo Shuar.

Su vida

La nueva beata de la Iglesia nació en Brescia, Italia, en 1883. Durante la I Guerra Mundial la hermana María realizó en Varazze cursos de asistencia sanitaria y trabajó como enfermera de la Cruz Roja en el hospital militar: una experiencia que será inolvidable en su larga actividad como misionera en la selva del Oriente ecuatoriano.

Partió para el Ecuador en 1922, enviada entre los indígenas Shuar, donde con otras dos religiosas inicia un difícil trabajo de evangelización en medio de riesgos de todo tipo, sin excluir los de los animales de la selva y de las trampas de los ríos en sus travesías o los puentes frágiles de guadua, o a espaldas de los indígenas.

Macas, Sevilla Don Bosco, Sucúa son algunos de los “milagros” florecientes de las acciones de Sor María Troncatti: enfermera, cirujana y ortopédica, dentista y anestesista… pero sobre todo catequista y evangelizadora, rica de maravillosas expresiones de fe, de paciencia y de amor fraterno.

Su obra por la promoción de la mujer Shuar florece en centenares de nuevas familias cristianas, formadas por primera vez en la libre elección personal de jóvenes esposos.

Sor María murió en un accidente aéreo en Sucúa el 25 de agosto de 1969, ofreciendo su vida por la reconciliación entre colonos e indígenas. Sus restos reposan en Macas, en la Provincia de Morona. Fue declarada Venerable el 8 de noviembre de 2008.